Wilma acelera su velocidad y con fuerza 3 amenaza las costas del sur de Florida
Wilma acelera su velocidad después de castigar con lentitud México y con fuerza 3 se dirige hacia las costas del sur de Florida que esperan este lunes su fuerte impacto. En Cuba, su fuerza arrastró el mar y convirtió las calles de Guanímar, al sur de La Habana, en una "Venecia" cubana, mientras en México, los habitantes y turistas de Cancún salieron a las calles después de 72 horas refugiados, encontrándose el panorama desolador de una ciudad destrozada y víctima del pillaje.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos Alvárez, en español y en inglés pidió a la población que se prepare para lo peor. Con paciencia y resignación ante el octavo en huracán en año y medio en la temporada de mayor intensidad ciclónica de la historia, la mayoría de habitantes del sur de Florida se han atrincherado en sus domicilios para soportar el azote de Wilma.
El Estado de Florida se encuentra en estado de máxima alerta, ya que el ciclón afectará a una amplia zona, desde los Cayos en el sur a la parte centro y norte del Estado. Su gobernador, Jeb Bush, ha pedido, por ello, a su hermano, el presidente de EEUU, George W. Bush, que declare el estado de desastre en 14 condados, incluso antes de que llegue el huracán.
Las autoridades federales se han movilizado desde hace una semana cuando en CNH pronosticó con exactitud la trayectoria de Wilma y no quieren que se repita la improvisación y errores cometidos en Luisiana con el huracán "Katrina", a finales de agosto. Así, se han habilitado 23 refugios y un total de 160.000 personas han sido evacuadas.
El huracán encontró a su paso comunidades desiertas en las costas occidentales del sur de Cuba, como Guanímar, localidad pesquera situada a unos 70 kilómetros al suroeste de la capital, que parecía el domingo un pueblo fantasma, abandonado y anegado por las aguas. Las calles de Guanímar quedaron cubiertas por el agua y transformadas en ríos por los que sólo se podía avanzar en botes después de que Wilma levantara marejadas que arrastraron el mar un kilómetro adentro y elevaron el nivel del agua hasta un metro.
Los habitantes no habían salido de su asombro por los daños cuando aparecieron otros fenómenos como la rapiña y el pillaje de numerosos grupos de personas que se dedicaron a saquear centros comerciales, almacenes, tiendas, no sólo en busca de víveres, sino a robar todo cuanto objeto pudieran cargar.
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