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Vargas Llosa presenta su última novela "El paraíso en la otra esquina"

El siglo XIX, el de las desigualdades sociales y la revolución industrial y el de las primeras vanguardias artísticas, es el telón de fondo de la nueva novela de Mario Vargas Llosa, "El paraíso en la otra esquina", una obra que ha presentado a la prensa este miércoles en la Casa de América de Madrid.

L D (EFE) La feminista Flora Tristán, una visionaria que luchó con denuedo por acabar con la injusticia social y conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, y su nieto Paul Gauguin, uno de los grandes pintores de todos los tiempos que partió hacia los Mares del Sur en busca de la revolución estética, protagonizan esta nueva novela del autor de "La fiesta del chivo".

Dos vidas, dos utopías. Casi cincuenta años separan el nacimiento de estos dos personajes que no llegaron a conocerse (Tristán murió en 1844 y Gauguin nació en 1848) y que tenían muchas cosas en común: no se rendían ante las dificultades y cada uno a su modo intentó cambiar el mundo; Flora lo hizo con un objetivo humanitario y el de Paul fue individual y artístico.

Cuando Vargas Llosa era niño se entretenía en Arequipa, su ciudad natal, con el juego del paraíso. Los pequeños formaban una especie de cuadrado y cuando el "castigado" iba preguntando de esquina en esquina si estaba allí el paraíso, los demás le respondían siempre que no, que estaba "en la otra esquina". El juego del esquivo paraíso, que de niños practicaron tanto Flora Tristán como su nieto Paul, inspira el título de la nueva novela de Vargas Llosa y representa para el escritor la búsqueda de lo imposible, que es lo mismo que decir la utopía.

En los últimos dos años, mientras preparaba su novela, el autor de "La ciudad y los perros" habló en varias ocasiones de los personajes que la protagonizaban y de las grandes utopías del siglo XIX, ideales "condenados al fracaso" que causaron "más daño que felicidad". Cuando las utopías han intentado hacerse realidad, "han creado muchos infiernos, porque la vida humana no encaja en un molde, siempre es más rica que cualquier esquema que pretenda definirla", decía Vargas Llosa el pasado verano en un curso que impartió en Santander.

Pero gracias a personas como Flora Tristán, que concibió la utopía de liberar a la mujer de la situación opresora en la que vivía en la primera mitad del siglo XIX, y como Gauguin, que "soñó con una sociedad en la que la belleza fuera patrimonio de todos y no sólo un lujo reservado a unos pocos", el mundo se ha ido transformando en parte.

Vargas Llosa, candidato al Nobel desde hace años y galardonado con premios como el Cervantes y el Príncipe de Asturias de las Letras, ha demostrado con creces su inmensa capacidad para transformar la realidad en ficción, y en su nueva novela, de casi quinientas páginas, es difícil discernir dónde termina la biografía y comienza "el reino de la imaginación, de la fantasía y de la mentira", palabras con las que él suele definir la literatura.

En "El paraíso en la otra esquina", los capítulos impares están dedicados a la peripecia vital de Flora Tristán y los pares a la de Paul Gauguin. Por las páginas de los primeros desfilan las penalidades por las que pasó esa mujer menuda, vivaz y de pelo negro -la apodaban "la andaluza"- que fue la autora de "Peregrinaciones de una paria", un libro en el que esta precursora del comunismo cuenta su viaje a Perú tras haber abandonado en Francia a su marido. Aquel viaje cambiaría su vida y la convertiría en la luchadora social que fue luego y que la llevaría por toda Francia para sentar las bases de una revolución protagonizadas por los obreros y las mujeres.

En los capítulos pares Vargas Llosa relata las estancias de Gauguin en Tahití y en las islas Marquesas, "paraísos" a los que se fue tras darse cuenta de que en Francia no podía cumplir con sus ideales pictóricos.

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