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Unas 350.000 se quedan sin agua corriente en Inglaterra por las riadas

Pese a que se han redoblado los servicios de emergencia no menos de 350.000 personas se quedaron sin agua corriente por las inundaciones que azotaron a Inglaterra. Esos miles de damnificados residen en el condado de Gloucestershire (oeste de Inglaterra).

Pese a que se han redoblado los servicios de emergencia no menos de 350.000 personas se quedaron sin agua corriente por las inundaciones que azotaron a Inglaterra. Esos miles de damnificados residen en el condado de Gloucestershire (oeste de Inglaterra).
LD (EFE) La interrupción del suministro de agua, que comenzó el pasado domingo, podría prolongarse hasta dos semanas, según informaron las autoridades. No obstante, el Ejército trata de aliviar la situación de los perjudicados con la distribución de tres millones de botellas de agua diarios, toda vez que se movilizarán 900 vehículos cisterna en Gloucestershire a partir de este miércoles.
 
A pesar de la precaria situación, la Policía pidió a la población que mantenga la calma, al asegurar que el suministro adicional de agua alcanzará a todo el mundo, mientras numerosas personas formaban colas en supermercados para adquirir el preciado líquido.
 
Pero no todo fueron malas noticias en ese condado, ya que el abastecimiento eléctrico se pudo reanudar hoy en 48.000 hogares, tras suspenderse por las inundaciones, que han asolado desde el pasado viernes amplias zonas de Inglaterra.
 
Aunque las lluvias remitieron hoy en el oeste inglés, donde llegó a lucir el sol, la Agencia de Medio Ambiente (EA) advirtió de que persisten siete alertas de inundación, en tanto que el Instituto de Meteorología anticipó que esta semana caerán más precipitaciones.
 
De esas siete alertas, tres corresponden al río Severn, cuya crecida ha causado grandes desperfectos en Gloucestershire; dos al Támesis; una al Great Ouse, en Bedfordshire (centro); y una al Ock en Oxfordshire (centro-sur inglés).
 
Pese a la colocación de sacos de arena y otras barreras improvisadas, unas 10.000 viviendas se han inundado o corren ese riesgo en condados del oeste y sur del país, como Gloucestershire, Oxfordshire, Worcestershire y Warwickshire.
 
Dada la magnitud del desastre, el ministro británico de Medioambiente, Hilary Benn, prometió hoy ante el Parlamento una indemnización de 10 millones de libras (unos 15 millones de euros) para las áreas damnificadas, partida que viene a engrosar el fondo ya existente de 14 millones de libras (unos 21 millones de euros).
 
No obstante, Benn advirtió de que la crisis "aún no ha acabado", dada la posibilidad de más lluvias en los próximos días.
 
Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, presidió otra reunión del llamado Comité Cobra, que suele convocarse en casos de emergencia, para abordar los planes de contingencia y la posibilidad de que las riadas puedan extenderse a Londres.
 
La gravedad de las inundaciones hizo reaccionar también a la reina Isabel II de Inglaterra, quien se declaró "conmocionada y muy preocupada" por las riadas, en un mensaje de ánimo enviado a los afectados, según informó el Palacio de Buckingham.
 
Asimismo, la Cruza Roja hizo este martes un llamamiento para recaudar fondos de ayuda a los damnificados y, sólo en la primera hora, logró más de 300.000 libras (unos 450.000 euros).
Las inundaciones pueden acarrear, además, un enorme coste para los grupos de seguros, como señaló este lunes la Asociación de Aseguradoras Británicas, al cifrar las posibles pérdidas económicas en más de 2.000 millones de libras (unos 3.000 millones de euros).
Sin embargo, la agencia internacional de calificación de riesgo Fitch elevó este martes ese montante a 3.000 millones de libras (4.500 millones de euros).

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