L D (EFE) La cinta de Bahman Ghodabi, "Las tortugas también vuelan", está ambientada en un pueblo del Kurdistán, en la frontera entre Irán y Turquía, y atrapa las vivencias de esas gentes, eligiendo para ello a los niños del pueblo, que nunca en su vida han ido al cine, y a los que Ghodabi no pidió que actuasen, sino que se limitó a decirles que vivieran delante de su visor.
El cineasta incluye en "Las tortugas también vuelan" escenas de la invasión de las tropas estadounidenses, gracias a un permiso que éstas le concedieron. Ghodabi no considera que "Las tortugas también vuelan" sea una película política ya que "habla de la vida real de esa gente" y "trata de mostrar una vivencias y una realidad que los satélites y las antenas parabólicas no muestran en televisión".
Bahman Ghodabi dedicó la Concha de Oro "a los actores y a todos los que han trabajado en la película, a los kurdos que viven en Irak e Irán y al cine iraní". El cineasta, de 35 años, confesó que "es difícil empezar un nuevo proyecto después de este filme porque requiere mucha energía y esfuerzo", pero añadió que se va de San Sebastián "lleno de energía".
El realizador kurdo iraní expresó su deseo de que este premio ayude para que el filme tenga una buena distribución en España, Europa y Latinoamérica, y anunció que en la próxima semana viajará a Irak para proyectar el filme y comenzar el rodaje de la que será la primera película de la posguerra en Irak, que cuenta con un guión del propio Ghodabi.
El realizador kurdo iraní expresó su deseo de que este premio ayude para que el filme tenga una buena distribución en España, Europa y Latinoamérica, y anunció que en la próxima semana viajará a Irak para proyectar el filme y comenzar el rodaje de la que será la primera película de la posguerra en Irak, que cuenta con un guión del propio Ghodabi.