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Una nueva réplica del terremoto de Argelia sacude la capital y siembra el pánico

La tierra volvió a temblar en Argel, con una fuerte sacudida sísmica de 5,2 grados en la escala de Richter a las 7:59 hora local (8:59 hora española) de este miércoles, en una nueva réplica del seísmo que hace justo una semana causó más de 2.000 muertos y casi 10.000 heridos.

L D (EFE) Una anterior réplica de 5,8 grados, ocurrida a las 18:12 hora local (19.12 en España) de este martes, causó tres muertos y 187 heridos, y reavivó el trauma que viven los argelinos mientras que se aceleran los trabajos de extracción de los escombros, bajo los que se supone hay un número indeterminado de cadáveres. La réplica del martes hizo que se derrumbaran varios edificios en Argel, Reghaia, Bumerdés y Zemmuri, localidad ésta última donde se situó el epicentro de la sacudida.

Pese a la violencia de ésta, sus efectos han sido mucho menos devastadores que el terremoto principal que se produjo hace una semana, y cuyo último balance provisional de víctimas asciende a 2.218 muertos y 9.497 heridos. Este martes, muchos de los heridos no fueron a causa de la réplica sino del pánico que les anegó hasta el extremo de que varias personas se arrojaron a la calle desde los balcones. Otras resultaron pisoteadas en las escaleras cuando la gente salía al exterior precipitadamente.

La mayoría de la población de Argel pasó la noche pasada en la calle y este miércoles se podían ver por doquier bultos humanos envueltos en mantas durmiendo en las aceras, plazas y jardines. En Reghaia se derrumbó un edificio deshabitado de 15 pisos que había quedado gravemente afectado por el seísmo principal y que debía ser dinamitado por los artificieros. Bajo los escombros de esta torre yacían tres personas que minutos antes de la réplica se atrevieron a subir a sus pisos para recoger algunos efectos contraviniendo las órdenes dadas de no entrar en los edificios dañados.

Con un seísmo de 6,8 grados y unas réplicas de 5,8 y 5,2, sin contar otras cinco réplicas de 4 a 5 grados, esta sucesión de temblores de fuerte magnitud confirma la gran actividad sísmica que se registra actualmente en el subsuelo de la región de Argel. El Centro de Astrofísica advirtió de que se van a producir nuevas réplicas y que éstas podrían producirse durante dos meses, y pidió a la población que, por difícil que sea, mantenga la calma.

Las consignas se repiten constantemente por radio y televisión. En caso de hallarse en las casas cuando tiembla la tierra hay que resguardarse bajo una mesa o bajo el dintel de la puerta y no salir a la calle. Se debe cortar el gas y la electricidad, y si el seísmo se produce cuando una persona conduce hay que detener el vehículo porque éste se mueve con peligrosidad y se han registrado accidentes. En la calle hay que evitar situarse cerca de los edificios para evitar ser alcanzado por la caída de piedras y es preferible quedarse en los jardines.

La localidad de Zemmuri, junto al epicentro del seísmo, que había sido devastada por el terremoto del miércoles pasado, vio este martes como se derrumbaban los pocos muros que quedaban en pie, incluidos los del hospital local. Entretanto se ha pasado ya a la llamada fase dos de los trabajos de auxilio, consistente en desescombro con grandes excavadoras después de haberse determinado la imposibilidad de que puedan quedar personas con vida. En los cementerios se han colocado cientos de fotos de víctimas que no han podido ser identificadas para que los familiares las reconozcan antes de ser inhumadas.

Si se tienen en cuenta de que hay entre 400 y 1.200 desaparecidos, cuyos restos presumiblemente serán recuperados en las excavaciones, el balance final de este terremoto puede ser de al menos 2.500 víctimas. Desde octubre de 1980 cuando la localidad de El Asnam quedó arrasada por un seísmo de 7 grados de intensidad, no se había producido en Argelia una catástrofe de tal naturaleza. El hecho de que este terremoto afectara una zona muy poblada explica el elevado número de víctimas, así como la hora en que se produjo, cuando las familias cenaban en sus casas, que se vinieron abajo.

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