(Libertad Digital) Hasta ahora, se creía que la responsabilidad de la emisión de la mayor parte del metano que llega a la atmósfera se debía a las bacterias que viven en ambientes de poco oxígeno como pantanos o campos de arroz. Sin embargo, un estudio del equipo dirigido por Frank Keppler de Instituto Max Planck en Heidelberg, Alemania, asegura que tanto las plantas vivas como la hierba y las hojas caídas emiten metano en presencia de aire.
La investigación estima que la vegetación viva del planeta emite entre 62 y 236 millones de toneladas de metano al año, además de otros siete millones provenientes de la muerta. Esto equivale a entre un 10 y un 30 por ciento de las emisiones globales de metano.
El metano es el segundo gas invernadero más importante regulado por el protocolo. Pese a que cada molécula aislada de metano contribuye mucho más a calentar la atmósfera que las de cualquiera de los otros gases, no existe tanto en la atmósfera. Se calcula que su aumento antrópico, debido a las actividades agrícolas y ganaderas, ha contribuido al efecto invernadero la mitad que el CO2. El protocolo de Kyoto permite canjear reducciones en la emisión de metano a cambio de emisiones de dióxido de carbono en una relación de 21 a 1.