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Una nave rusa lleva 2,5 toneladas de carga a la ISS

El carguero ruso Progress M1-11 se acopló este sábado exitosamente con la Estación Espacial Internacional (ISS), a la que llevó 2,5 toneladas de carga útil, informó el Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia.

L D (EFE) La nave se enganchó a las 13.13 GMT, cuatro minutos antes de lo previsto inicialmente, al puerto de atraque del módulo Zariá de la plataforma espacial, tripulada actualmente por el estadounidense Michael Foale y el ruso Alexandr Kaleri.

El Progress M1-11 llevó agua, oxígeno, alimentos y equipos científicos, indispensable para mantener en funcionamiento la plataforma espacial y garantizar la supervivencia de sus tripulantes. Foale y Kaleri, que se encuentran en la ISS desde octubre pasado y cuya misión espacial se prolongará 194 días, supervisaron desde la plataforma la maniobra de aproximación y el acoplamiento del carguero espacial, que se realizó en régimen automático.

El Progress M1-11, lanzado el jueves pasado desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán), llevó a la ISS dos nuevas escafandras rusas "Orlan-M", que serán utilizadas por Foale y Kareli en sus caminatas espaciales. Desde la suspensión de los vuelos de los transbordadores estadounidenses debido al desastre sufrido por el Columbia el 1 febrero de 2003, los Progress rusos son las únicas naves capaces de transportar cargas a la Estación Espacial Internacional.

Entre otros equipos científicos que transportó a la ISS la nave rusa se encuentran dos maniquíes electrónicos -uno diseñado por especialistas rusos y el otro, por europeos- para medir la influencia de la radiactividad en los vuelos de larga duración. Este experimento, denominado Matrioshka-R ha sido preparado por Rusia conjuntamente con la Agencia Europea del Espacio (ESA) para diseñar los sistemas de protección de los tripulantes de futuros vuelos interplanetarios.

Según Viacheslav Shurshakov, experto del Instituto de Problemas Médico-Biológicos de la Academia de Ciencias de Rusia, los datos obtenidos del experimento Matrioshka-R permitirán "calcular las máximas dosis de radiación" que recibe un cosmonauta. La radiación es uno de los grandes desafíos que supone un vuelo tripulado a Marte, pues la misión debe emprenderse cuando la actividad solar es más intensa, ya que entonces es menor la potencia de la irradiación galáctica que puede complicar el vuelo.

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