L D (EFE) Los médicos del Centro Médico Sheba que atendieron a la mujer, Saguit Hechler, le extrajeron parte de ese tejido antes de comenzar el tratamiento para curarla de un linfoma, a sabiendas de que la terapia afectaría sus ovarios de tal manera que no podría volver a tener hijos.
Los jefes del equipo médico, Dror Meirov y Shuki Dor, explicaron que "le extrajimos parte del tejido de los ovarios y lo mantuvimos congelado durante dos años hasta el injerto" y afirmaron que "este resultado es un motivo de esperanza para otras mujeres que han sufrido de cáncer y se ven privadas de traer hijos al mundo porque sus ovarios quedaron afectados por la quimioterapia".
La niña que nació este lunes con tres kilos de peso, por medio de una cesárea, goza de perfecta salud, según ha informado el profesor Dror, quien resaltó los sacrificios a que se sometió la madre, que enfermó hace tres años y medio y terminó afirmando que "sin su apoyo no habríamos logrado este éxito".