L D (EFE) El incendio se ha originado por causas desconocidas, aunque no se descarta que pudiera haberse debido a un cortocircuito, sobre las 09:30 horas en la habitación donde dormían el bebé, Jonatán Antonio J., y su madre, Raquel Mialdea Celimendiz, en el quinto piso del inmueble número 13, escalera B, de la calle Arquitecto Gaudí de Tarragona. Aunque en el piso, el quinto primera, residían los ocho miembros de una familia gitana que se trasladó a vivir a Tarragona hace un año procedente de Zaragoza, en el momento de declararse el incendio sólo estaban en el piso la madre y su bebé fallecidos y el padre y otra hija, de dos años, del matrimonio.
El padre, Antonio J. C., ha conseguido sacar a la niña de dos años, pero cuando ha intentado volver a entrar para rescatar a su esposa y al bebé no ha podido hacerlo por la llamas y la intensa calor, según ha explicado a los bomberos cuando han llegado, a los pocos minutos para sofocar el incendio. Fuentes municipales han informado de que los bomberos han encontrado a la madre y a su bebé calcinados y que ella estaba abrazada a su hijo. En la habitación había una estufa eléctrica, aunque todavía se desconoce si puede haber sido la causante del incendio.
Según han explicado algunos vecinos, la familia era "humilde, pero muy buena gente". Los padres del marido y dos hermanos pequeños de éste, de 6 y 16 años, que también viven en el piso, se encontraban fuera de él cuando se ha producido el siniestro y han sufrido un choque nervioso cuando han conocido la desgracia. El bebé fallecido había nacido el pasado día 22 y le habían bautizado con el nombre de Jonatan Antonio. Los vecinos del inmueble han explicado que el mismo piso ya sufrió un incendio en el año 2000, cuando vivían en él otros inquilinos, aunque en aquella ocasión se originó, sin causar heridos, por una sartén con aceite que se calentó demasiado en la cocina.
Los bomberos han desalojado a las 24 familias que viven en el inmueble siniestrado, aunque cuando el fuego ha sido sofocado y el humo se ha diluido, los vecinos han podido regresar a sus casas. Una de las vecinas del edificio, María Jesús González, ha explicado que ella ha sido la primera en darse cuenta del incendio. "Estaba esta mañana fregando los platos y he oído dos explosiones, he mirado por la ventana del patio y he visto el fuego, por eso he llamado a un vecino, porque yo no tengo teléfono, para que avisara a los bomberos", ha explicado la vecina.
Tres dotaciones de los bomberos de Tarragona se han desplazado al lugar, adonde han llegado a los pocos minutos sin que pudieran hacer ya nada por la vida de los dos fallecidos. Familias gitanas que viven en las casas cercanas al lugar del siniestro han arrojado piedras a los periodistas que han acudido al lugar cuando éstos preguntaban detalles del suceso a los vecinos. La policía judicial del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de las diligencias para aclarar el origen del incendio por orden del juez de guardia, que ha levantado los cadáveres a las 12 del mediodía.
El padre, Antonio J. C., ha conseguido sacar a la niña de dos años, pero cuando ha intentado volver a entrar para rescatar a su esposa y al bebé no ha podido hacerlo por la llamas y la intensa calor, según ha explicado a los bomberos cuando han llegado, a los pocos minutos para sofocar el incendio. Fuentes municipales han informado de que los bomberos han encontrado a la madre y a su bebé calcinados y que ella estaba abrazada a su hijo. En la habitación había una estufa eléctrica, aunque todavía se desconoce si puede haber sido la causante del incendio.
Según han explicado algunos vecinos, la familia era "humilde, pero muy buena gente". Los padres del marido y dos hermanos pequeños de éste, de 6 y 16 años, que también viven en el piso, se encontraban fuera de él cuando se ha producido el siniestro y han sufrido un choque nervioso cuando han conocido la desgracia. El bebé fallecido había nacido el pasado día 22 y le habían bautizado con el nombre de Jonatan Antonio. Los vecinos del inmueble han explicado que el mismo piso ya sufrió un incendio en el año 2000, cuando vivían en él otros inquilinos, aunque en aquella ocasión se originó, sin causar heridos, por una sartén con aceite que se calentó demasiado en la cocina.
Los bomberos han desalojado a las 24 familias que viven en el inmueble siniestrado, aunque cuando el fuego ha sido sofocado y el humo se ha diluido, los vecinos han podido regresar a sus casas. Una de las vecinas del edificio, María Jesús González, ha explicado que ella ha sido la primera en darse cuenta del incendio. "Estaba esta mañana fregando los platos y he oído dos explosiones, he mirado por la ventana del patio y he visto el fuego, por eso he llamado a un vecino, porque yo no tengo teléfono, para que avisara a los bomberos", ha explicado la vecina.
Tres dotaciones de los bomberos de Tarragona se han desplazado al lugar, adonde han llegado a los pocos minutos sin que pudieran hacer ya nada por la vida de los dos fallecidos. Familias gitanas que viven en las casas cercanas al lugar del siniestro han arrojado piedras a los periodistas que han acudido al lugar cuando éstos preguntaban detalles del suceso a los vecinos. La policía judicial del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de las diligencias para aclarar el origen del incendio por orden del juez de guardia, que ha levantado los cadáveres a las 12 del mediodía.