L D (EFE) Esta decisión supone un duro golpe para los padres de Terri que, cumplida una semana desde que se le retiró la sonda de alimentación, siguen una carrera de apelaciones por diferentes tribunales del país en busca de mantenerla con vida. En esta ocasión, los padres de la mujer habían alegado que no se habían respetado los derechos religiosos de Terri, que no se había seguido el debido proceso y que tampoco se había tenido en cuenta su derecho constitucional a la vida.
Poco antes de conocerse la decisión judicial, el padre de Terri, Bob Schindler, se había mostrado pesimista respecto a la posibilidad de que el fallo fuera positivo. "Creo que la gente que está ansiosa por dejar que (Terri) muera está alcanzando su deseo", señaló Schindler. "Terri está débil. Tiene que hacerse algo y tiene que hacerse rápido", reclamaba el padre de la enferma.
Según los padres de la mujer, después de una semana sin alimentos ni agua, ésta está ya dando muestras de debilidad y se la ve con los ojos hundidos, la piel escamosa y una leve respiración. Los expertos creen que Terri podría sobrevivir aún otra semana en estas circunstancias.
Aunque los expertos legales creen poco probable que un tribunal vaya a revocar a estas alturas la decisión de mantener a la mujer sin la alimentación asistida, en una caso que lleva más de siete años de litigios, los padres de Terri están pendientes aún de la respuesta de un tribunal estatal de Florida al que han recurrido también con carácter urgente. Se espera que dicho tribunal anuncie una decisión a lo largo del sábado. Los padres también han presentado una mociónen la que aseguran que su hija ha tratado de vocalizar, en presencia de familiares, su deseo de vivir, y solicitaron que se le administre un mínimo de fluidos para que se estudie este extremo.
Según los padres de la mujer, después de una semana sin alimentos ni agua, ésta está ya dando muestras de debilidad y se la ve con los ojos hundidos, la piel escamosa y una leve respiración. Los expertos creen que Terri podría sobrevivir aún otra semana en estas circunstancias.
Aunque los expertos legales creen poco probable que un tribunal vaya a revocar a estas alturas la decisión de mantener a la mujer sin la alimentación asistida, en una caso que lleva más de siete años de litigios, los padres de Terri están pendientes aún de la respuesta de un tribunal estatal de Florida al que han recurrido también con carácter urgente. Se espera que dicho tribunal anuncie una decisión a lo largo del sábado. Los padres también han presentado una mociónen la que aseguran que su hija ha tratado de vocalizar, en presencia de familiares, su deseo de vivir, y solicitaron que se le administre un mínimo de fluidos para que se estudie este extremo.
No es la primera vez que se la desconecta del tubo de alimentación
Terri ya había sido desconectada en dos ocasiones. La última vez el 15 de octubre de 2003, cuando sus padres recurrieron a Jeb Bush y se logró que volviera a ser conectada a la sonda que la alimentaba. Sin embargo, el gobernador sufrió un revés el jueves pasado cuando el juez del condado de Pinellas, en la costa oeste de Florida, George Greer, rechazó concederle la custodia legal de Terri, que la había solicitado para proteger su vida.
Este caso ha generado en EEUU una polémica sobre la eutanasia y la intromisión del poder legislativo, tanto federal como estatal, en las decisiones del judicial.
Terri ya había sido desconectada en dos ocasiones. La última vez el 15 de octubre de 2003, cuando sus padres recurrieron a Jeb Bush y se logró que volviera a ser conectada a la sonda que la alimentaba. Sin embargo, el gobernador sufrió un revés el jueves pasado cuando el juez del condado de Pinellas, en la costa oeste de Florida, George Greer, rechazó concederle la custodia legal de Terri, que la había solicitado para proteger su vida.
Este caso ha generado en EEUU una polémica sobre la eutanasia y la intromisión del poder legislativo, tanto federal como estatal, en las decisiones del judicial.
La tragedia de Terri comenzó cuando tenía 26 años y quedó en estado vegetativo tras un ataque cardiaco, a causa de una súbita bajada de potasio en su organismo debida, al parecer, a una estricta dieta para adelgazar. Durante ocho años se la alimentó artificialmente hasta que en 1998 su esposo, que ejerce su tutela, se convenció de que "ya no hay esperanzas" y pidió que le retiraran la sonda porque su mujer "nunca quiso vivir así", aunque no dejó nada escrito que expresara ese deseo.