L D (Agencias) En una carta remitida a algunos medios y leída por su mujer María Jesús en la Cadena Ser , este leonés afincado en Avilés manifiesta su "envidia y admiración" por Jorge León, que había pedido ayuda y que la semana pasada apareció muerto y desconectado del respirador que le mantenía con vida, informa Efe .
"Desde aquí poco puedo sumar a esta polémica boba si no es mi admiración y mi envidia hacia una persona que, por fin, pudo conseguir lo que desde hacía tanto pretendía", afirma en esta carta llena de ironía en la que hace extensivo su reconocimiento a aquellos "anónimos, que con la ayuda impagable e inestimable de quien sabe quién, han podido llegar al final de sus vidas sin tener que sonrojarse".
Casado y con dos hijos, este escritor y socio de la Asociación asturiana "Derecho a morir dignamente" fue diagnosticado en 1979 de un tumor medular y como consecuencia de un accidente doméstico que sufrió en 1998 quedó paralizado del cuello para abajo.
Bajo el título de "Farsantes", Luis Miguel Rabanal recrimina en esta carta a los políticos que, "a la hora de decidir qué hacer con nuestra asquerosa vida, nadie ha hablado aquí todavía de eutanasia, esa horrible palabreja", y que se confíe en que una parada cardiaca "haga el resto del trabajo".
"Desde aquí poco puedo sumar a esta polémica boba si no es mi admiración y mi envidia hacia una persona que, por fin, pudo conseguir lo que desde hacía tanto pretendía", afirma en esta carta llena de ironía en la que hace extensivo su reconocimiento a aquellos "anónimos, que con la ayuda impagable e inestimable de quien sabe quién, han podido llegar al final de sus vidas sin tener que sonrojarse".
Casado y con dos hijos, este escritor y socio de la Asociación asturiana "Derecho a morir dignamente" fue diagnosticado en 1979 de un tumor medular y como consecuencia de un accidente doméstico que sufrió en 1998 quedó paralizado del cuello para abajo.
Bajo el título de "Farsantes", Luis Miguel Rabanal recrimina en esta carta a los políticos que, "a la hora de decidir qué hacer con nuestra asquerosa vida, nadie ha hablado aquí todavía de eutanasia, esa horrible palabreja", y que se confíe en que una parada cardiaca "haga el resto del trabajo".