L D (Agencias) El joven explicó a la Policía que la muerte de su compañera, Susana Vega, se produjo de manera accidental, mientras él limpiaba el revólver, cuando estaban en casa. El arma se la compró el joven a un gitano portugués, según dijo a la Policía, que sigue buscando el revólver.
El detenido afirmó que dejó el arma sobre la mesa de la habitación en que se produjo el suceso, pero la Policía no la encontró en el registro que efectuó la noche del viernes, y la primera persona que llegó a la vivienda, una vecina del piso de arriba, aseguró a los agentes que sobre la mesa no había ninguna pistola.
En la vivienda del joven, que aún no ha pasado a disposición judicial, los agentes hallaron dos capuchas, ya que tenía antecedentes por atracos a mano armada a hostales de los alrededores de Sevilla y a un camión de tabaco de los que surten a los estancos de la ciudad.
La policía científica efectuará ahora un estudio de balística y se realizará igualmente un informe forense para determinar a qué distancia estaba el arma cuando se produjo el disparo y si la fallecida tiene o no en la frente señal de quemadura, además de aclarar la trayectoria del proyectil. El orificio de entrada de la bala, según aseguró el portavoz policial, está muy centrado en la frente, mientras que el de salida se halla en la zona occipital derecha.
La noche del viernes el agresor llamó al servicio de Emergencias Sanitarias y posteriormente salió a la calle gritando en busca de auxilio. En compañía de dos vecinos y con un coche particular trasladaron a la chica al hospital. La Policía se dirigió entonces a la casa, para efectuar el registro, y al hospital para detener al joven, quien ejerció resistencia aduciendo que no quería separarse de su mujer, de manera que los agentes tuvieron que arrastrarle hasta meterlo en el coche.
El detenido afirmó que dejó el arma sobre la mesa de la habitación en que se produjo el suceso, pero la Policía no la encontró en el registro que efectuó la noche del viernes, y la primera persona que llegó a la vivienda, una vecina del piso de arriba, aseguró a los agentes que sobre la mesa no había ninguna pistola.
En la vivienda del joven, que aún no ha pasado a disposición judicial, los agentes hallaron dos capuchas, ya que tenía antecedentes por atracos a mano armada a hostales de los alrededores de Sevilla y a un camión de tabaco de los que surten a los estancos de la ciudad.
La policía científica efectuará ahora un estudio de balística y se realizará igualmente un informe forense para determinar a qué distancia estaba el arma cuando se produjo el disparo y si la fallecida tiene o no en la frente señal de quemadura, además de aclarar la trayectoria del proyectil. El orificio de entrada de la bala, según aseguró el portavoz policial, está muy centrado en la frente, mientras que el de salida se halla en la zona occipital derecha.
La noche del viernes el agresor llamó al servicio de Emergencias Sanitarias y posteriormente salió a la calle gritando en busca de auxilio. En compañía de dos vecinos y con un coche particular trasladaron a la chica al hospital. La Policía se dirigió entonces a la casa, para efectuar el registro, y al hospital para detener al joven, quien ejerció resistencia aduciendo que no quería separarse de su mujer, de manera que los agentes tuvieron que arrastrarle hasta meterlo en el coche.