L D (Agencias) Según explicaron a Europa Press fuentes de la Policía Local, cuando la mujer oyó como su marido revolvía en el cajón de los cuchillos se escondió en el cuarto de los niños e intentó encerrarse por dentro sin conseguirlo porque el cierre estaba estropeado.
En ese momento, según indicaron las mismas fuentes, "el hombre abrió la puerta con el cuchillo en la mano, sin amenazarla, y le dijo que tenían que sacrificarse". La mujer aprovechó que el marido abandonó el cuarto para salir por la ventana con los niños y se dirigió al piso de arriba donde viven sus padres. El marido, al no poder acceder a la parte superior de la vivienda, rompió la puerta con dos patadas. El padre de la mujer intentó llamar a la policía y Victoriano C.B. le arrancó el teléfono y lo rompió.
Cuando la mujer tranquilizó al marido y le pidió que abandonase la habitación, se marchó junto con sus padres e hijos por otra puerta a pedir ayuda a casa de unos familiares que son vecinos. "Al darse cuenta de que se fueron todos, los alcanzó por el camino y agarró a la mujer y le dijo que tenían que crucificarse".
El hombre fue reducido por los vecinos sobre las 23.00 horas cuando llegó la patrulla policial y encontró un tumulto de gente entre el que se encontraba un hombre "con la cara ensangrentada, agarrando a su mujer por la ropa mientras ésta pedía auxilio". Los agentes intentaron tranquilizar al marido y al no conseguirlo tuvieron que esposarlo con medidas de seguridad, colaborando otra patrulla para introducir al hombre en el vehículo policial. Una vez en el interior del coche policial, empezó a dar golpes y patadas contra la ventanilla, causando la rotura del cristal de la puerta trasera derecha y doblando también el marco de la puerta.
Hasta el lugar se desplazó una unidad del 061 que le puso un inyectable al detenido, que fue trasladado a la Unidad de Psiquiatría del Hospital Meixoeiro de Vigo. Por su parte, los agentes recogieron en el domicilio familiar el cuchillo y una nota que había dejado el marido escrita con el texto "Sacar la maldad, gracias Señor Padre". Según indicó la mujer a la Policía local, el estado de su marido se remonta a un día que fueron a una iglesia "de determinada religión y la persona que daba el sermón le dijo algo y desde ese día habla con el señor". Además, aseguró que su esposo nunca consumió alcohol, ni drogas y ni la había maltratado.