L D (EFE) Manuel Horta, que desarrolla trabajos de monitor de natación en la piscina municipal de La Magdalena, era responsabilizado de los daños de que fue objeto una máquina de la piscina municipal y, a pesar de que el trabajador negó reiteradamente su supuesta culpabilidad, fue condenado por el Juzgado a pagar la reparación del aparato.
El monitor recurrió la sentencia ante el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo y reclamó el amparo del Tribunal Constitucional, pero, de manera simultánea, el Ayuntamiento reclamó por vía ejecutiva la ejecución de la sentencia que obliga al pago de 4.115,75 euros. Horta ha cumplido este martes con esa obligación impuesta por el Juzgado y ha efectuado el pago de la cantidad exigida en calderilla.
Para llevar a cabo este curioso modo de pagar, el monitor acudió a una sucursal bancaria de la ciudad que tramitó el pedido de las monedas ante la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Aunque la intención inicial del trabajador municipal era pagar en monedas de un céntimo la cantidad reclamada, desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se le advirtió de que serían necesarios varios meses para fabricar el casi medio millón de monedas que necesitaba.
El apremio del Ayuntamiento y el final del plazo para pagar la deuda impidió que Manuel Horta pudiese esperar esos meses, de manera que resolvió el pago con las monedas de menor valor que pudo conseguir, que entregaba por la mañana en las oficinas de la recaudación ejecutiva municipal.
El monitor recurrió la sentencia ante el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo y reclamó el amparo del Tribunal Constitucional, pero, de manera simultánea, el Ayuntamiento reclamó por vía ejecutiva la ejecución de la sentencia que obliga al pago de 4.115,75 euros. Horta ha cumplido este martes con esa obligación impuesta por el Juzgado y ha efectuado el pago de la cantidad exigida en calderilla.
Para llevar a cabo este curioso modo de pagar, el monitor acudió a una sucursal bancaria de la ciudad que tramitó el pedido de las monedas ante la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Aunque la intención inicial del trabajador municipal era pagar en monedas de un céntimo la cantidad reclamada, desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se le advirtió de que serían necesarios varios meses para fabricar el casi medio millón de monedas que necesitaba.
El apremio del Ayuntamiento y el final del plazo para pagar la deuda impidió que Manuel Horta pudiese esperar esos meses, de manera que resolvió el pago con las monedas de menor valor que pudo conseguir, que entregaba por la mañana en las oficinas de la recaudación ejecutiva municipal.