L D (Agencias) El suceso, según la Policía, tuvo lugar poco antes de las 18.09 en un pasadizo sin techo del citado edificio, donde tiene su sede Correos, que conduce a la calle Montalbán, en las inmediaciones de la Plaza de la Cibeles. Manuel Ramírez Torrecilla, de 35 años disparó con una escopeta a tres de sus compañeros, y luego se suicidó disparándose un tiro en la cabeza que le causó un gran "destrozo cerebral". Según recoge Efe, el varón de 35 años, fue encontrado por los servicios sanitarios en la zona de la agresión con un gran daño "frontotemporal", mortal por sus características. Los nombres de los dos fallecidos son Manuel Montañés Riesco y Juan Antonio Jiménez Ortega.
Al parecer el agresor, un ex vigilante de la empresa de seguridad del edificio, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía, llegó minutos antes de las 18.00 horas del martes provisto de una cartuchera y una escopeta. Al apreciarlo el vigilante que está en la garita de entrada, un varón de unos 50 años, le dio el alto y el ex vigilante le dispara y le hiere en la zona facial y cuello, causando su muerte en el acto, según fuentes de la Jefatura de Policía y Samur. En ese momento salieron otros dos vigilantes, un hombre y una mujer para pararle, mientras el agresor continuaba disparándoles.
El segundo fallecido es otro varón que recibió impactos en la zona del abdomen con orificios de salida y fue atendido en parada cardiorrespiratoria por los servicios de Emergencia, falleciendo en el Hospital Clínico a donde había sido trasladado, indicó el subdirector del SAMUR, Ervigio Corral. Inés García Pedregosa, una mujer de unos 50 años, es la tercera víctima, y presenta seis impactos en la zona abdominal y está en la UCI del Hospital Gregorio Marañón. Su estado es grave pero estable, según las mismas fuentes.
Tras disparar contra sus compañeros, el ex vigilante se pegó un tiro en la cabeza, causando su muerte, según fuentes de la Jefatura. En el interior del coche del agresor, un Renault Scenic gris metalizado, la policía ha encontrado más munición.
Las mismas fuentes, indicaron que al parecer el origen de la agresión podría tener lugar en cuestiones laborales, aunque se desconoce si "ha ido a por estas tres personas en concreto" o si quería vengarse de la empresa ORMA de alguna forma.
El delegado de Gobierno en la Comunidad de Madrid, Constantino Méndez, dijo que el vigilante de seguridad que esta tarde mató a tiros a dos compañeros podría estar atravesando una situación marcada por los "problemas laborales" que hubiera determinado en un "episodio de enajenación mental". En declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, Méndez dijo que la conducta del agresor era la "propia de un loco" y subrayó que sus problemas laborales podrían haber sido los desencadenantes del suceso. "Estaríamos ante un episodio de enajenación mental producida, seguramente, por una visión perturbada de los problemas laborales que le afectaban a esta persona", dijo Méndez.
Los tres vigilantes de seguridad fallecidos en el tiroteo, así como la compañera que resultó herida pertenecen a la empresa ORMA, según confirmaron fuentes municipales a Europa Press. Esta empresa ha sido contratada por las dos sociedades Dragados y FCC, adjudicatarias por parte del Ayuntamiento de Madrid de las obras de rehabilitación del citado Palacio de Comunicaciones de la Plaza de la Cibeles para albergar en un futuro la sede central del Consistorio madrileño.
En un comunicado, la empresa ORMA ha dicho que Manuel Ramírez Torrecilla sólo ha trabajado con ellos y ha causado baja voluntaria, por lo que achacan el tiroteo a "algún tipo de problema personal" con los agredidos. Detalló además que prestó servicio en la compañía entre el 19 de noviembre y el 27 de diciembre del pasado año, y causó baja voluntaria. La empresa indicó que el agresor nunca dio muestras de "problemas psicológico ni trastorno psíquico alguno" y que en el proceso de selección su comportamiento fue "absolutamente normal".
Sobre el arma con la que se efectuaron los disparos, señaló que no es propiedad de ORMA y añadió que el servicio de vigilancia que el autor de los disparos prestó en el Palacio de Correos no era armado.