L D (EFE) Ese "efecto hormiga" pasa desapercibido para la opinión pública, ya que los pequeños derrames no son difundidos por los medios de comunicación.
Los estudios del Clean Seas, en los que se compararon la contaminación del Mares del Norte, el Báltico y el Mediterráneo Noroccidental, han lanzado una seria advertencia sobre el enorme impacto ambiental que provocan los pequeños vertidos de petróleo, de entre un litro a unas 80 toneladas, por su excesiva frecuencia, explicó Manuel Redondo. Redondo advierte del impacto ambiental de estos vertidos, que suponen una "continua incorporación de hidrocarburos en la cadena alimentaria de peces y mariscos, que acaba en nuestra mesa".
Según un análisis estadístico que tiene en cuenta los vertidos de petróleo que han ido a parar al mar en los últimos 35 años, la probabilidad de que ocurra un accidente similar al del Prestige se presenta cada 2,5 años, mientras que anualmente se producen millones de pequeños derrames procedentes de barcos, plataformas petrolíferas o refinerías costeras. Los trabajos llevados a cabo en el marco del "Clean Seas" han servido también para poner en relieve la gran eficacia de los satélites tipo SAR para la detección de vertidos de petroleros, especialmente en las aguas del Mediterráneo, donde el mar es mucho más calmado.