Según contó El Mundo días atrás, la caseta Los Mimogas, situada en el número 209 de la calle Pascual Márquez, era en realidad la antigua caseta del servicio municipal de Limpieza de Escuelas, que después se llamó 'Limpieza de Escuelas Municipales' y más tarde 'Escuelas de Sevilla' y que siempre estuvo en el número 8 de la calle Ignacio Sánchez Mejías.
O sea, que el concejal se la había quedado para sí. Ahora se ha demostrado y ABC aporta que el informe de los técnicos de Fiestas Mayores no da lugar a dudas sobre la "apropiación indebida" y la falta de respeto a la cola de espera. Pero, dado que este "pecado" es imperdonable en Sevilla y como ya es habitual en el Gobierno, las culpas tendrán que cargarlas los trabajadores municipales a los que el PSOE ya ha acusado de negligencia.
En 1988, cuando Alfonso Mir era secretario general de UGT, la sección sindical ugetista en el Servicio Municipal de Limpieza de Escuelas solicitó una caseta en la Feria en calidad de "entidad". La persona que tramitó la solicitud fue Antonia Jiménez, secretaria de Mir por entonces.
Un año después, se le concedió el número 198 de Pascual Márquez. Pero en esa ubicación sólo estuvo un año, ya que Antonia Jiménez pidió en 1990 un traslado y aportó un anexo en el que reclamaba que esa caseta fuese además montada por el Ayuntamiento, con cargo al mismo y pasase a estar exenta del pago de tasas que correspondía a las casetas privadas, ya que estaba siendo usada por trabajadores municipales.
El delegado de Fiestas Mayores de aquella época, el socialista Manuel Fernández Floranes, le concedió este privilegio y accedió al cambio de ubicación, por lo que la caseta pasó a estar situada en el número ocho de la calle Ignacio Sánchez Mejías.
Pero curiosamente un año después, Antonia Jiménez, volvió a tramitar la solicitud de caseta como "entidad", pero esta vez acompañada por el jefe de servicio de Patrimonio, Antonio Barea Martín. Y ya en el 92 desapareció de los expedientes la secretaria para que pasase a compartir la solicitud con Barea el propio concejal Alfonso Mir, personalmente.
Durante ese tiempo, en tanto que el Ayuntamiento montaba la caseta, aparece en los listados como «municipal». Pero en el 93, el nuevo delegado, Jaime Bretón, del PP, abole esa situación y la caseta «volvía a ser de índole privada."
Pero al ser privada y no municipal no podía ser adjudicada a quienes la habían obtenido por ser "entidad municipal". De todos modos, como caseta privada ha permanecido hasta 2006, fecha en la que Antonio Barea envió un escrito en el que renunciaba a la titularidad que compartía con Mir y dejaba a éste solo al frente de la misma. Mir, por su parte, pidió un nuevo traslado, que se le concedió a la calle Pascual Márquez 209. Y en la siguiente solicitud su caseta dejó de constar como «entidad» para convertirse en "familiar compartida". Mir inscribió como titulares a sus dos hijos y la renombró como "Los Mimogas".
La concejala socialista Rosamar Prieto ha dicho que el "cambiazo" ha sido consecuencia de un error de su jefe de servicio, Rafael Carretero, que al rellenar el expediente puso una equis en la casilla de "familiar compartida" porque esa era la categoría que tenía la caseta de Pascual Márquez 209 hasta que sus anteriores propietarios la perdieron.
Mir dice ahora que "no dije nada porque no entiendo de eso" y que su inocencia se demuestra con el hecho de que "ni siquiera puse a mi mujer". Pero antes dijo que la caseta le fue adjudicada a él, a título particular, después de apuntarse a la lista de espera. No obstante, dijo que la solía poner de manera altruista a disposición de los trabajadores del servicio municipal de limpieza de escuelas, del que era jefe obrero.
El PP considera probado que se benefició de su cargo para apropiarse de una caseta y solicita por ello su dimisión inminente. Y él se defiende afirmando que no entiende que se monte tal escándalo "por una cosa que sólo dura siete días y después se desmonta, que no estamos hablando de que me he quedado con un piso en la Plaza Nueva, vamos".
Lo cierto es que una caseta que era municipal pasó a ser privada y a manos del concejal socialista que se saltó así la cola y los años de espera necesarios para acceder a una caseta en el Real de la feria de Sevilla. O sea, que hay miles de sevillanos esperando turno para poder acceder a una caseta en la Feria de Abril, pero llega este concejal y, como si nada, se queda una municipal dando el cambiazo.