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Un articulista de Público llama "minusválidos intelectuales" a los que no apoyan a Zapatero

El escritor chileno Luis Sepúlveda carga en un artículo en Público contra la derecha porque, según él, "destila odio". Y llama "minusválidos intelectuales" a los que se atreven a criticar las iniciativas políticas del gobierno de Zapatero.

"Son muy pocos los países en los que el odio de la derecha ha llevado a situaciones tan grotescas como las que hemos presenciado en España", dice. "El lenguaje callejero de la derecha española ha sido de un odio virulento, de un odio que ha calentado la atmósfera hasta hacerla irrespirable", continúa.

Pone tres ejemplos del "odio" de la derecha. "Hace unos días tomé un taxi en Madrid, y aunque por regla de salud no converso con los taxistas, no pude evitar que me salpicara con sus babas de odio. El hombre sugería una intervención de la legión en Catalunya para poner en su lugar a esos cabrones, porque la prohibición de las corridas de toros era una ofensa a España, a los españoles, y sobre todo a él mismo, quintaesencia de la españolidad".

Dos días después, Sepúlveda tuvo otro encontronazo con el "odio" de la derecha. "En mi pescadería de Gijón, una anciana vaticinaba que lo de los catalanes prohibiendo los toros era el primer paso y que el siguiente era la quema de iglesias o la obligación de abortar. Su rebequita de ganchillo destilaba odio".

Pero ahí no acabó la cosa ya que, en un supermercado no pudo evitar otro salivazo de "odio" de la derecha. "Un asturiano y español de pura cepa indicó mi ramo de albahaca plastificada y exclamó: cómo no van a subir los precios si traen cosas que comen los extranjeros y de lo de siempre no se encuentra nada". Le informó Sepúlveda al vendedor asturiano que la albahaca es andaluza. "Si no te gusta lo de aquí, por qué no te largas a Barcelona o al País Vasco que es donde os sentís a gusto", le respondió el del súper que parece que le conocía bien.

"Alguien puede alegar que las opiniones de ese taxista legionario, de la ancianita temerosa de abortos por decreto y del analfabeto gastronómico son excepciones, y tiene razón. Pero son excepciones que confirman una regla peligrosa, pues el lenguaje del odio, el discurso del odio de la derecha española, va dirigido precisamente a esos minusválidos intelectuales cuyo patrimonio cultural se limita a una torpe idea de la patria como hábitat, y a la religión como elemento autoafirmador de su ignorancia", concluye el intelectual.

Sepúlveda espera una tormenta. "Una tormenta de ideas, pero progresistas, de izquierda, cargadas de humanidad e inteligencia, porque al odio desatado por la derecha sólo podemos responder desde la inteligencia, desde la sensibilidad social", dice.

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