L D (EFE) Los seis toros de la ganadería gaditana de Jandilla salieron a las ocho en punto de la mañana de los corrales de Santo Domingo, bajo cielo despejado y con muchos menos corredores que los días precedentes, y protagonizaron una carrera al menos tan peligrosa como la del año pasado, en la que dejaron ocho mozos heridos por asta de toro.
Nada más iniciarse la carrera, un toro burraco se adelantó a una velocidad trepidamente al resto de la manada por la Cuesta de Santo Domingo y arrolló y embistió a varios corredores a ambos lados de la calzada. Este astado sin embargo cayó y fue sustituido en la cabeza de la manada por un burraco que imprimió una gran velocidad a la carrera y se distanció de sus hermanos enfilando en solitario la plaza del Ayuntamiento y la calle Mercaderes.
En esta calle se cayeron dos astados y uno de ellos tuvo problemas para levantarse, por lo que ya se quedó rezagado del resto de la manada y creó los mayores momentos de peligro al caerse en repetidas ocasiones, volverse y embestir a varios corredores, además con fijación hacia ellos. De hecho, un experimentado corredor guipuzcoano que ya fue empitonado cinco veces el año pasado también por toros de Jandilla, fue arrollado al final del tramo de la calle Estafeta por uno de los dos toros de cabeza. Estos dos bureles tardaron 2 minutos y 14 segundos en entrar a los corrales de la plaza y tras ellos llegaron los otros tres hermanos.
El sexto, mientras tanto, seguía en Estafeta creando tensión y pánico entre los mozos, que debieron doblar sus esfuerzos por conducirlo hacia la plaza, igual que los pastores, que tras él intentaban cerrarle el paso para que no retrocediera como intentó en varias ocasiones, en cada una de las cuales además hizo por los corredores. De la misma forma accidentada, embistiendo y arrollando a los mozos, siguió este astado por el tramo de Telefónica, donde en un vallado se entretuvo con un corredor caído en el suelo que pudo ser rescatado por los servicios asistenciales del encierro por debajo del vallado.
En la bajada al callejón, otro corredor fue también revolcado por este toro negro y a su entrada a la plaza embistió contra otros dos jóvenes. Al primero lo embistió nada más salir del callejón y el propio corredor saltó la barrera para ser atendido por la asistencia médica. El segundo mozo fue revolcado cuando se acercó al toro por detrás en la mitad del ruedo, pese a que los dobladores trabajaban ya intentando guiar al animal hacia los chiqueros. El toro negro entró finalmente a los corrales cinco minutos y medio después de iniciar la carrera.