Colabora

Soria: "Sabemos más o menos cómo nacer, pero al tema de morir no le prestamos atención"

El ministro de Sanidad lamenta que a los católicos les cueste más que a los calvinistas hablar de sus enfermedades. Bernat Soria ha demostrado este martes en TVE un total desconocimiento de la moral comparada. Cualquier estudioso de la antropología calvinista –los hay clásicos– y cualquier observador de las conversaciones en la cola de un mercado de abastos en España sabe que la realidad es al justo revés de cómo lo cuenta el ministro. Pero si Soria ha deformado el catolicismo no es por ignorancia, sino porque le convenía para defender la eutanasia, práctica que reconoce como "un derecho". "Sabemos más o menos cómo nacer, pero al tema de morir no le dedicamos suficiente atención", ha dicho en Los Desayunos Informativos del canal público.

LD (V. Gago) El ministro de Sanidad ha confirmado que la eutanasia no se ha caído de la agenda del Gobierno. El pasado mes de septiembre, otro ministro, el de Justicia, declaró en Radio Nacional que la sociedad española "está madura" para este debate.
 
Ahora la ha tocado al ministro del ramo, seguir preparando a la Opinión Pública para una próxima regulación del suicidio asistido como "un derecho" más, lo que abrirá la puerta a un campo de oportunidades de experimentación con la vida humana tan vasto como tenebroso.
 
En la televisión pública, Bernat Soria, investigador de discretos méritos pero significado activista político a favor de la eutanasia y de los ensayos con embriones humanos, ha realizado un extenso alegado a favor del suicidio asistido:
 
"Eutanasia", ha dicho Soria, " es una palabra cuyo significado queda claro desde el punto de vista etimológico, significa morir bien, pero la lectura que se hace desde la sociedad a veces no es la que se corresponde ni con su significado etimológico ni legal".
 
"En España", continuó, " tenemos cuatro situaciones muy bien definidas: el suicidio o el suicidio asistido, que son ilegales y por tanto eso corresponde a Justicia, y los cuidados paliativos o la limitación del esfuerzo terapéutico, que son legales, están bien regulados es un respeto a la autonomía del paciente".
 
Soria añadió que "lo que puede ocurrir es que con el avance de las tecnologías médicas o sanitarias haya nuevas situaciones que no pertenezcan a ninguna de estas cuatro categorías. Entonces, qué vamos a hacer. Se me ocurre echar mano de los comités de ética que siempre nos han ayudado, formados por expertos en ética, juristas, científicos y también legos, como los periodistas, gente con un conocimiento muy amplio de muchos temas pero que no son especialistas en cirugía cardiovascular. Esa combinación de puntos de vista es la que permite aproximar situaciones y a mí me gustaría que las situaciones no previstas que se pueden dar en el futuro puedan ser analizadas, y que cualquier Gobierno tenga la ayuda de estos comités para tomar la decisión más correcta para el ciudadano".
 
Y concluyó: "Quien tiene los derechos son los ciudadanos y los pacientes y en ese sentido, he defendido el derecho a una muerte digna. Sabemos más o menos cómo nacer pero al tema de morir no le dedicamos suficiente atención".
 
La crítica al catolicismo no puede faltar entre los argumentos que un político de izquierdas esgrime a favor de la experimentación con la vida humana. Para el ministro, la resistencia a aceptar el derecho a la eutanasia en España tiene una explicación en la contextura católica del país.
 
"Los países con una herencia cultural calvinista", ha suspirado, "son mucho más directos que los que tenemos una herencia cultural católica, que parece que ciertos temas no se deben hablar en público, no se tienen que comunicar o suponen una minusvalía y uno no desea que los demás conozcan las minusvalías que uno tiene, que por otra parte lo humanizan mucho, porque los humanos todos tenemos cosas. Y cuando alguien te cuenta un problema personal te das cuenta de que estás frente a un ser humano, no contra un rival profesional, o político, etc. Y España se compone de ciudadanos y de seres humanos".
 
Críticas a Esperanza Aguirre por la Ley Anti-Tabaco
 
El ministro ha tenido tiempo de acordarse también del PP y su defensa de la libertad individual frente a las imposiciones paternalistas del Gobierno en materia de salud.
 
Es conocida la batalla política y legal que la Comunidad de Madrid lleva para conducir la prohibicionista Ley Anti-Tabaco por cauces más racionales que hagan compatible el derecho a la salud con la libertad de los consumidores.
Bernat Soria ha demostrado ser un científico que no le hace ascos a la demagogia
 
"¿A favor de quién está doña Esperanza Aguirre, a favor del cáncer, del infarto de miocardio o a favor de los pacientes y los médicos?", se ha preguntado, solemnemente, en el mismo programa de televisión.
 
Su exposición completa, sobre este asunto, ha sido:
 
"El tabaco produce cáncer, infarto de miocardio y cualquier ministro de Sanidad va contra el cáncer y el infarto de miocardio. Esta es la ley que ha sido más aplaudida por los médicos, que les gustaría una ley más restrictiva. Pero que curiosamente en algunas comunidades, como la de Madrid, no se está aplicando o se están buscando triquiñuelas para no aplicarla. Mi pregunta es: ¿a favor de quién está doña Esperanza Aguirre, a favor del cáncer, del infarto de miocardio o a favor de los pacientes y los médicos? Por eso quiero que se aplique, pero no por tener razón, me importan los pacientes y quiero que se aplique".

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario