L D (Agencias) El antiguo responsable del Departamento de Evaluación Ambiental del Ayuntamiento de Madrid Joaquín Fernández de Castro, uno de los principales imputados en el 'caso Guateque, admitió hoy ante el juez Santiago Torres, que recibía "presiones" políticas para adelantar determinados expedientes de licencias, en sintonía con lo manifestado hace unos meses con su subordinado Victoriano Ceballos, informaron fuentes jurídicas.
Fernández de Castro, que se encuentra en libertad provisional, acudió de nuevo al Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid para aclarar determinadas anomalías detectadas en la tramitación del expediente de licencia del bar de copas Moma, uno de los que clausuró Gallardón tras el asesinato de Álvaro Ussía en la discoteca ya cerrada El Balcón de Rosales.
El expediente del Moma se investiga debido a que su dueño, Luis Miguel Ramasco Tejerina, aparecía en las agendas y discos duros intervenidos a los imputados Eduardo Agustino Carrasco y Julián Rubén López Martínez, propietarios de la sociedad AC 93. Estos empresarios actuaban de intermediarios entre los funcionarios y los propietarios de los locales para los pagos que se debían realizar para adelantar los expedientes.
Durante su declaración, Fernández de Castro reconoció que recibía "presiones" a través de "llamadas" que procedían del director general, del coordinador, del gerente, y de los concejales. El pasado 2 de febrero, Ceballos desveló al juez que "sólo se han adelantado los expedientes que decían los políticos que se adelantaran". "El concejal se lo pedía al director general; el director general a Joaquín (Fernández de Castro, jefe de departamento de Evaluación Ambiental) y Joaquín a mí", manifestó entonces el supuesto cabecilla de la trama de corrupción municipal.
En cuanto al Moma, De Castro se desvinculó del expediente relativo a su licencia, asegurando que se limitó a firmar la autorización para que se tramitase a través de la Junta Municipal de Chamberí. "Nunca autoricé nada más ni hice ningún tipo de informe", insistió el imputado a preguntas de los periodistas en los pasillos de los juzgados. "Estoy muy tranquilo. Todo está muy claro. No tengo nada que ver con la trama", agregó.
A lo largo de la mañana comparecieron también como imputados el dueño de Pizza Mascaldonne, de un restaurante asiático, de uno de comida india, de una joyería, de Ofiprix, de un local de la calle Duque de Alba y de un restaurante de Hermosilla. Todos ellos negaron haber pagado comisiones a cambio de recibir un trato de favor por parte de los funcionarios que se ocuparon de sus licencias.