El cardenal fue recibido a la entrada de la embajada y en un ambiente cordial. Acompañados por el nuevo cardenal Cañizares y por el embajador, Jorge Dezcallar, recorrieron los salones de la embajadas, saludando a los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas y seglares presentes.
La vicepresidenta vistió un traje de chaqueta color rojo púrpura, lo que dio a pie a Sodano para bromear y decirle: "va vestida de color cardenal, ¿tiene una aspiración secreta?". Después cuando Sodano saludó a Cañizares, dijo "he aquí un cardenal" y Fernández de la Vega, siempre en un ambiente distendido, agregó "un gran cardenal".
Sodano, que no es muy dado a acudir a las embajadas a recepciones de este tipo, lo que fue muy apreciado por las autoridades españolas, preguntó a María Teresa Fernández de la Vega si se quedaría más días en Roma, a lo que la vicepresidenta dijo que regresaba a Madrid en las próximas horas. "Estoy aquí sólo para recibirle", le contestó la vicepresidenta.
Después cuando saludaron al cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, la vicepresidenta y Sodano dijeron "he aquí otro gran cardenal", a los que Amigo, sonriendo, respondió "será por lo de alto".
Esta es la segunda vez que María Teresa Fernández de la Vega se reúne con Sodano, con el que ya se vio en el Vaticano el pasado 10 de noviembre.
La vicepresidenta presidió el sábado la delegación oficial española al consistorio en el que Benedicto XVI ha creado 15 cardenales, entre ellos el español Cañizares. La presencia de Fernández de la Vega en el consistorio ha sido considerada en ambientes vaticanos como un "apreciable paso" del Gobierno de Rodríguez Zapatero para normalizar completamente las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia española. Las mismas fuentes, no obstante, precisaron que el Gobierno "debe mostrar mayor voluntad política".