LD (EFE) El incidente se produjo durante la lectura del pregón, un poema de José Luis Martín Cea, en la tercera de las trece postas o hitos previstos a lo largo de esta mañana por diversos puntos de la ciudad, en concreto frente al Hospital Clínico Universitario, poco antes de las nueve horas de esta mañana.
Instantes después de concluir Jimeno la lectura de los últimos versos y convocar al pueblo fiel para asistir al Sermón de las Siete Palabras, realzado por un punto sostenido de cornetín, su caballo se puso de manos y lo derribó cuando enrollaba el pergamino para acudir a la siguiente estación.
La montura fue inmediatamente controlada y el jinete, que no registró más que un leve golpe , fue atendido por algunos de los veinte cofrades de a caballo que le escoltaron en esta peculiar procesión matinal que de forma ininterrumpida celebra Valladolid cada Viernes de la Cruz desde el 7 de abril de 1944, siguiendo las costumbres de los siglos XVI y XVII.
La comitiva continuó sin novedad su recorrido por la capital, que inició a las 8,30 horas en el Palacio Arzobispal, donde el nuevo prelado de la Archidiócesis, Braulio Rodríguez Plaza, entregó el texto de la proclama que por primera vez escuchó desde su actual responsabilidad eclesiástica, que asumió a finales de 2002.
Instantes después de concluir Jimeno la lectura de los últimos versos y convocar al pueblo fiel para asistir al Sermón de las Siete Palabras, realzado por un punto sostenido de cornetín, su caballo se puso de manos y lo derribó cuando enrollaba el pergamino para acudir a la siguiente estación.
La montura fue inmediatamente controlada y el jinete, que no registró más que un leve golpe , fue atendido por algunos de los veinte cofrades de a caballo que le escoltaron en esta peculiar procesión matinal que de forma ininterrumpida celebra Valladolid cada Viernes de la Cruz desde el 7 de abril de 1944, siguiendo las costumbres de los siglos XVI y XVII.
La comitiva continuó sin novedad su recorrido por la capital, que inició a las 8,30 horas en el Palacio Arzobispal, donde el nuevo prelado de la Archidiócesis, Braulio Rodríguez Plaza, entregó el texto de la proclama que por primera vez escuchó desde su actual responsabilidad eclesiástica, que asumió a finales de 2002.