L D (EFE) Así se pone de manifiesto en el informe "Atención a los niños y niñas víctimas de la violencia de género en la Comunidad Valenciana", autonomía donde fallecieron tres de los siete niños que durante el pasado año fueron en España víctimas de la violencia de género.
Según datos facilitados durante la presentación del informe, de las 62 muertes por violencia de género que se produjeron en 2005 en España, diez fueron en la Comunidad Valenciana (el 16,12 por ciento). Además, el 67 por ciento tuvo lugar en el domicilio y en un diez por ciento de los casos los hijos fueron testigos del crimen.
La coordinadora estatal de la investigación, Pepa Horno, advirtió de que si un niño o niña víctima de la violencia de género no es atendido por profesionales tiene más posibilidades de repetir los patrones, tanto de agresor como de víctima. Los niños y niñas víctimas de la violencia de género suelen tener problemas de socialización, aislamientos, inseguridad o agresividad, problemas de integración en la escuela, de concentración y disminución del rendimiento escolar, o síntomas de estrés postraumático como insomnio, pesadillas, fobias o ansiedad.
En el estudio se destaca también que, aunque la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Genero ha favorecido los intereses de los niños y niñas y de sus madres, está aumentando el número de incumplimientos de las medidas acordadas, no sólo por parte del agresor sino por la propia mujer, ya que surge el arrepentimiento y el querer "dar marcha atrás". Pepa Horno señaló que, aunque la Comunidad Valenciana y Cataluña son "modelos de buena práctica" respecto a otras autonomías españolas, son necesarias una serie de recomendaciones de mejora.
Entre estas recomendaciones destacó la necesidad de considerar a los hijos e hijas de la mujer víctima de la violencia de género como víctimas directas del propio fenómeno y potenciar la formación continuada en esta materia para el personal de los centros. También aconsejó crear asignaturas transversales que eduquen en valores, potenciar programas de inserción socio-laboral para las mujeres víctimas, y aumentar el número de casas de acogida para mujeres en situación de emergencia, ya que en toda la Comunidad Valenciana sólo existe una.
Por su parte, María Pérez, del Centro Espill, que ha colaborado en la elaboración del estudio, destacó que durante el pasado año se presentaron en la Comunidad Valenciana cerca de diez mil denuncias de víctimas de violencia de género y fallecieron por esta causa diez mujeres y tres niños. María Pérez destacó la escasez de estudios que hay sobre hijos e hijas de mujeres víctimas de la violencia de género y la carencia de recursos para la atención a estos menores.
"Los niños deben ser considerados como sujetos de derecho y no como un apéndice de la madre", señaló la responsable del Centro Espill, quien consideró necesario que tengan un apoyo escolar adecuado, una inserción laboral en el caso de los adolescentes y un atención psicológica específica.
Según datos facilitados durante la presentación del informe, de las 62 muertes por violencia de género que se produjeron en 2005 en España, diez fueron en la Comunidad Valenciana (el 16,12 por ciento). Además, el 67 por ciento tuvo lugar en el domicilio y en un diez por ciento de los casos los hijos fueron testigos del crimen.
La coordinadora estatal de la investigación, Pepa Horno, advirtió de que si un niño o niña víctima de la violencia de género no es atendido por profesionales tiene más posibilidades de repetir los patrones, tanto de agresor como de víctima. Los niños y niñas víctimas de la violencia de género suelen tener problemas de socialización, aislamientos, inseguridad o agresividad, problemas de integración en la escuela, de concentración y disminución del rendimiento escolar, o síntomas de estrés postraumático como insomnio, pesadillas, fobias o ansiedad.
En el estudio se destaca también que, aunque la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Genero ha favorecido los intereses de los niños y niñas y de sus madres, está aumentando el número de incumplimientos de las medidas acordadas, no sólo por parte del agresor sino por la propia mujer, ya que surge el arrepentimiento y el querer "dar marcha atrás". Pepa Horno señaló que, aunque la Comunidad Valenciana y Cataluña son "modelos de buena práctica" respecto a otras autonomías españolas, son necesarias una serie de recomendaciones de mejora.
Entre estas recomendaciones destacó la necesidad de considerar a los hijos e hijas de la mujer víctima de la violencia de género como víctimas directas del propio fenómeno y potenciar la formación continuada en esta materia para el personal de los centros. También aconsejó crear asignaturas transversales que eduquen en valores, potenciar programas de inserción socio-laboral para las mujeres víctimas, y aumentar el número de casas de acogida para mujeres en situación de emergencia, ya que en toda la Comunidad Valenciana sólo existe una.
Por su parte, María Pérez, del Centro Espill, que ha colaborado en la elaboración del estudio, destacó que durante el pasado año se presentaron en la Comunidad Valenciana cerca de diez mil denuncias de víctimas de violencia de género y fallecieron por esta causa diez mujeres y tres niños. María Pérez destacó la escasez de estudios que hay sobre hijos e hijas de mujeres víctimas de la violencia de género y la carencia de recursos para la atención a estos menores.
"Los niños deben ser considerados como sujetos de derecho y no como un apéndice de la madre", señaló la responsable del Centro Espill, quien consideró necesario que tengan un apoyo escolar adecuado, una inserción laboral en el caso de los adolescentes y un atención psicológica específica.