La alegría que en su día exhibió El País por los cambios en el Gobierno de Zapatero, con el acaparamiento por parte de Alfredo Pérez Rubalcaba de los cargos de vicepresidente, ministro del Interior y portavoz, estaba más que justificada. Así lo demuestra el anuncio, ayer, del archivo del expediente relativo a la operación por la que Prisa, Telefónica y Telecinco adquieren el control conjunto de Digital+.
En un comunicado, la Comisión Nacional de la Competencia explicó las razones de la autorización de la operación que hasta ayer estaba paralizada: el pasado 4 de noviembre, las empresas involucradas en esta operación comunicaron una variación de sus acuerdos de accionistas para eliminar la posibilidad de ejercer una influencia decisiva en Digital+.
Así, Telefónica y Telecinco renuncian a sus derechos de veto sobre decisiones estratégicas de Digital+, como puede ser el plan de negocios o el presupuesto anual, y no podrán tampoco condicionar el nombramiento de los altos directivos de la plataforma de televisión de pago. También estas nuevas modificaciones de los acuerdos iniciales prevén que Prisa seguirá manteniendo en exclusiva la posibilidad de ejercer "una influencia decisiva" sobre Digital+.
Lo cierto es que este argumento que salva de cara a la galería la decisión de Competencia podría quedar, en la práctica, en agua de borrajas. Entre bambalinas, los socios financieros de Digital+ podrán seguir pactando las decisiones estratégicas de la compañía. Además, como apunta El Mundo, ambas compañías estarán presentes en el Consejo de Administración de Digital+.
La decisión de Competencia suscita muchas dudas. Con esta medida, nacería un gigante que controlará, según el diario de Pedro J., el 80% de la televisión de pago y el 50% de la televisión en abierto. Por otro lado, a nadie se le escapa, aunque El País modere hoy su euforia, que la operación salva a Prisa. En El Mundo, recuerdan que el 30 de noviembre concluía el plazo para que la empresa cumpliera con sus acreedores y que éstos ampliaran el plazo de la devolución de su deuda. La inyección de mil millones en la compañía es, pues, clave.
En Público, mientras, se lamen las heridas. El antaño grupo amigo del Gobierno Zapatero pierde influencia a favor del grupo amigo del nuevo hombre fuerte, Rubalcaba. Según anuncia el diario de Roures, Mediapro quiere llevar la decisión de Competencia a la Comisión Europea.
Detrás de la polémica decisión gubernamental estuvieron, informa El Mundo, tanto el vicepresidente como Elena Salgado, que se habrían implicado directamente en la operación. La medida, no obstante, habría despertado reticencias en sectores del PSOE con Berlusconi ganando poder en el mercado audiovisual de nuestro país.