"Un gobernante tiene que aplicar la ley y si no lo hace tendrá que renunciar a su cargo", ha dicho en referencia a las reticencias iniciales de algunos presidentes autonómicos respecto a la aplicación de la norma.
"El marco general es ése, pero después hay que aplicarlo a situaciones concretas porque un gobernante tiene la obligación de cumplir la ley, no está por encima de la ley", ha indicado, para añadir que "otra cosa es qué hace con su conciencia ante una ley que es injusta", algo que, a su juicio, "es un problema que habría que ver en cada caso".
No obstante, se ha mostrado confiado en que el Tribunal Constitucional (TC) declare inconstitucional "algunos aspectos" de la norma porque, en su opinión, "tiene que ver con la interpretación a la luz de la Constitución", en la que, según ha destacado, "se garantiza el derecho a la vida de todos".
Rouco Varela se ha referido asimismo a la "forma" en la que el Constitucional "trató la constitucionalidad de la primera ley" –en el año 1984–, cuando "declaró que el embrión, el concebido, desde el primer momento de su existencia, es un bien constitucionalmente protegido" al que "se le suma otro bien mayor", ha recordado.
"Con esa doctrina del Tribunal Constitucional y como jurista, y no desde el punto de vista de la Teología o de la visión teológica del problema, sino desde el análisis técnico de la cuestión, es muy difícil poder admitir que sea libre el aborto en las 14 primeras semanas del embarazo", ha asegurado.
Rouco Varela ha hecho estas declaraciones antes de pronunciar la conferencia "Anunciar a Dios en la sociedad española contemporánea", que se enmarca en el curso 'Dios en la sociedad postsecular' que organiza la Facultad de Teología San Dámaso, la Universidad San Pablo CEU y la Universidad Católica de Ávila.
El arzobispo de Madrid se ha referido también a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que, según indicó, está recibiendo cifras "espectaculares" de participación y ha mostrado su confianza en que Madrid y España puedan responder a este "acontecimiento espiritual" para la Iglesia, que también es un "reto" para la seguridad.