L D (EFE) Según el comunicado colgado en las páginas de Internet por la Conferencia de Obispos Polacos, la renuncia de Wielgus ha sido aceptada, aunque hace apenas dos días el arzobispo asumió formalmente el cargo de administrador de la archidiócesis de Varsovia.
Todavía el pasado 21 de diciembre, aunque ya se conocían los documentos secretos de la policía comunista que demostraban que Wielgus fue un confidente, el Vaticano, en un comunicado especial, confirmó su nombramiento e hizo referencia a que el Papa conocía bien su pasado.
Sin embargo, las protestas de intelectuales, políticos y sacerdotes y la actitud crítica de los medios obligaron a la Iglesia a ordenar a su Comisión de Historia, encargada de llevar a cabo la verificación de las biografías de los religiosos, que analizase detenidamente los documentos relacionados con Wielgus.
La Comisión lo hizo y su informe fue demoledor, ya que constató que la colaboración de Wielgus fue no solamente incuestionable, sino totalmente consciente y voluntaria.
Todo parece indicar que la decisión definitiva del Papa Benedicto XVI de aceptar la dimisión de Wielgus se produjo después de las conversaciones que tuvieron lugar en la noche del sábado al domingo entre representantes del presidente de la República, Lech Kaczynski, y de la Santa Sede.
Para el presidente Lech Kaczynski, que, junto con su hermano, el primer ministro Jaroslaw, es uno de los principales abanderados de la lucha por eliminar a los ex confidentes y espías comunistas de la vida pública, la investidura de Wielgus como metropolitano de Varsovia era inaceptable y de ahí los esfuerzos encaminados a impedirla.
Todavía el pasado 21 de diciembre, aunque ya se conocían los documentos secretos de la policía comunista que demostraban que Wielgus fue un confidente, el Vaticano, en un comunicado especial, confirmó su nombramiento e hizo referencia a que el Papa conocía bien su pasado.
Sin embargo, las protestas de intelectuales, políticos y sacerdotes y la actitud crítica de los medios obligaron a la Iglesia a ordenar a su Comisión de Historia, encargada de llevar a cabo la verificación de las biografías de los religiosos, que analizase detenidamente los documentos relacionados con Wielgus.
La Comisión lo hizo y su informe fue demoledor, ya que constató que la colaboración de Wielgus fue no solamente incuestionable, sino totalmente consciente y voluntaria.
Todo parece indicar que la decisión definitiva del Papa Benedicto XVI de aceptar la dimisión de Wielgus se produjo después de las conversaciones que tuvieron lugar en la noche del sábado al domingo entre representantes del presidente de la República, Lech Kaczynski, y de la Santa Sede.
Para el presidente Lech Kaczynski, que, junto con su hermano, el primer ministro Jaroslaw, es uno de los principales abanderados de la lucha por eliminar a los ex confidentes y espías comunistas de la vida pública, la investidura de Wielgus como metropolitano de Varsovia era inaceptable y de ahí los esfuerzos encaminados a impedirla.