L D (EFE) El caso de Elisabeth Naeeku, una de las 650 mujeres presuntamente violadas por soldados británicos de maniobras en Kenia, va a ser llevado ahora ante los tribunales británicos. Su caso ocurrió en Dol Dol, a 310 kilómetros al norte de Nairobi, una de las zonas utilizadas desde 1945 por el Ejército británico para hacer maniobras. “Mi vida ha sido terrible. Tras la violación tuve un hijo, y mi marido se divorció. Fue en 1978, los soldados estaban tomando cervezas en un bar y cuando acabaron irrumpieron en mi casa. Tres me violaron a mí y otros tres a la mujer que estaba conmigo", recuerda Elisabeth. "Desde entonces he vivido con dolor y vergüenza, mi hijo Maxwell es una marca para siempre y lo han marginado", se lamenta la mujer.
Según el abogado Martyn Day, del bufete británico que lleva el caso, "durante treinta años, soldados ingleses han salido a la caza de mujeres, muchas de las cuáles fueron violadas en grupo". De los 650 casos sobre los que están trabajando, hay evidencia documental de más de cien, en forma de denuncias policiales o informes hospitalarios, así como 40 hijos mulatos. "Tenemos pruebas de que el Ejército fue advertido hasta en diez ocasiones de lo que estaba ocurriendo y no tomó ninguna medida", añade Day.
De ganar la demanda, cada víctima podría recibir entre 30.000 y 45.000 euros (unos 34.500 y 51.800 dólares). El caso, sin embargo, ha despertado suspicacias en la cercana ciudad de Nanyuki, donde todos saben que la prostitución aumenta en los periodos que los soldados británicos pasan allí. Por su parte, Simon Ole Kaparo, de la ONG que coordina a las demandantes sostiene que "es posible que algunas quieran subirse al carro de las indemnizaciones, pero pienso que al menos 500 casos son auténticos. Para las masai, no es fácil hablar de violación pues las estigmatiza para siempre".
Según el abogado Martyn Day, del bufete británico que lleva el caso, "durante treinta años, soldados ingleses han salido a la caza de mujeres, muchas de las cuáles fueron violadas en grupo". De los 650 casos sobre los que están trabajando, hay evidencia documental de más de cien, en forma de denuncias policiales o informes hospitalarios, así como 40 hijos mulatos. "Tenemos pruebas de que el Ejército fue advertido hasta en diez ocasiones de lo que estaba ocurriendo y no tomó ninguna medida", añade Day.
De ganar la demanda, cada víctima podría recibir entre 30.000 y 45.000 euros (unos 34.500 y 51.800 dólares). El caso, sin embargo, ha despertado suspicacias en la cercana ciudad de Nanyuki, donde todos saben que la prostitución aumenta en los periodos que los soldados británicos pasan allí. Por su parte, Simon Ole Kaparo, de la ONG que coordina a las demandantes sostiene que "es posible que algunas quieran subirse al carro de las indemnizaciones, pero pienso que al menos 500 casos son auténticos. Para las masai, no es fácil hablar de violación pues las estigmatiza para siempre".