L D (EFE) "Con un hombre no se habrían atrevido a esta operación de acoso y derribo, haga lo que haga una mujer siempre es para mal. Lo mismo lo hace un hombre y es para bien", afirmó este martes Rosa Regás, un día después de presentar su dimisión como directora de la Biblioteca Nacional.
"Me siento bien y tranquila y he dormido bastante bien, sólo me sentí mal el día que tomé la decisión", manifestó Regás, quien comunicó su dimisión en una carta remitida al ministro de Cultura, César Antonio Molina. La escritora catalana, que fue nombrada para dirigir la Biblioteca Nacional en mayo de 2004, explicó que fue ella misma la que llegó a la conclusión de que el ministro había perdido la confianza en ella y añadió: "no sé si alguna vez la habrá tenido".
Regás se entrevistó con Molina el pasado viernes, día en que la Biblioteca Nacional anunció el robo de dos mapamundis de sendos ejemplares de una edición incunable de 1482. "Tras hablar del robo fue cuando el ministro me dijo que no había hecho nada durante estos tres años" al frente de la Biblioteca, dijo Regás, quien conoce a Molina desde hace unos diez años y del que afirmó: "nunca hemos sido amigos, pero tampoco enemigos".
La confianza de Calvo
La escritora subrayó que, en cambio, sí había contado con la confianza de la anterior ministra, Carmen Calvo –quien este martes ha vuelto a salir en su defensa– y del subsecretario de Cultura, Antonio Hidalgo, quien en julio pasado fue relevado en el cargo por María Dolores Carrión, tras el nombramiento de Molina como ministro.
Coincidió con Luis Racionero, su antecesor en el cargo, en afirmar que la posibilidad de sufrir un robo en un centro como la Biblioteca Nacional "es cuestión de suerte". "Ha habido otros robos anteriormente en la Biblioteca Nacional, a veces incunables únicos, porque los mapamundis robados no lo eran, pero antes nunca se había comunicado a la prensa", aseguró.
Regás dijo tener constancia de "cantidad de robos" en las bibliotecas nacionales de Francia, Inglaterra, Washington y Dinamarca. "Y en ésta última se enteraron del robo cuando salían a la venta en una subasta", agregó. La hasta ahora directora de la Biblioteca Nacional reconoció que, aunque el robo de los mapamundis supone para ella "un disgusto grande", no es el peor recuerdo que se lleva de esta institución, porque no se siente culpable del mismo.
Las servidumbres políticas
Regás aseguró que no sale decepcionada de la política, aunque afirmó: "me parece que la política tiene unas servidumbres, como que una persona como yo haya dejado aquí tres años de su vida y se vaya no sólo con las críticas brutales del PP, que ya lo sabía, sino con la falta de reconocimiento del nuevo ministro". "Pero tengo el respeto y el cariño de la gente que admiro", añadió.
Regás se lleva buenos recuerdos de estos tres años, entre los que destaca el momento en el que tuvo estructurado su equipo directivo, el concierto de hip-hop que acogió la Biblioteca o la colocación del busto de Antonio Machado, el único que hay en Madrid de él. "Pero, sobre todo, el éxito de que a la copa navideña de mi primer año acudieron 200 personas y en el último año pasábamos de 700", concluyó.
"Me han acusado de todo"
Los peores recuerdos son del "exterior" de la Biblioteca Nacional, "cuando cierta prensa manipulaba las informaciones para, por ejemplo, decir que he cesado a cuatro gerentes, cuando yo sólo he cesado a uno". "A los del PP sólo les hace falta que me acusen de asesinato. Me han acusado de todo, pero afortunadamente he tenido el apoyo del patronato de la Biblioteca Nacional", destacó.
Tras su salida de la Biblioteca Nacional, la escritora dijo estar "expectante para saber qué pasará" con su carrera profesional. "Todavía no sé si escribiré otro libro, pero mi vida no ha sido nunca vacía", concluyó Regás.