El consejero de Agricultura explicó que no se había comunicado ni cuándo ni en qué provincia se iba a poner en práctica el simulacro, ya que querían probar "la capacidad de reacción y preparación" de las entidades involucradas en la gestión de alertas agroalimentarias "ante un posible brote de influenza aviar". A las nueve de la mañana del miércoles, el laboratorio de referencia en el País Vasco, Neiker, notificó a la Fundación Vasca de Seguridad Alimentaria el supuesto resultado positivo de los análisis efectuados a un ave silvestre encontrada muerta en una explotación avícola del barrio irunés de Olaberria a la Fundación Vasca de Seguridad Alimentaria, que verificó la información y la transmitió a las autoridades políticas y responsables de alerta.
El protocolo localizó la granja y desinfectó todos los materiales y vehículos que se hallaban en ese lugar. A continuación se sacrificaron 1.700 gallinas en los remolques de dos camiones precintados en los que se introdujo CO2 y en los que luego se transportó a las aves hasta dos empresas de transformación para ser incineradas. El consejero aclaró que eran gallinas de "desvieje" (destinadas al matadero) y que se respetaron en todo momento las prácticas legales de bienestar animal.
El consejero de Agricultura se congratuló asimismo, de que en las instituciones vascas exista tal nivel de preparación para poder actuar en caso de la aparición del virus en la Comunidad Autónoma, donde hay 126 explotaciones avícolas que agrupan a 2.100.000 aves. La próxima semana una comisión interinstitucional analizará a fondo este simulacro para estudiar los puntos fuertes y los que serían necesarios mejorar.
Sáenz de Samaniego recalcó que "a día de hoy" el cien por cien de las explotaciones avícolas del País Vasco están libres de la influenza aviar y pidió "no caer en un excesivo alarmismo".