L D (EFE) Ni la Fiscalía ni la acusación particular han modificado, en la última jornada del juicio, su calificaciones en los informes finales, por lo que solicitan para los tres menores procesados la máxima pena que contempla la Ley del Menor. El juicio, que ha sentado en el banquillo de los acusados a los tres menores imputados en el asesinato del estudiante Ronny Tapias a la salida del instituto barcelonés de Sant Josep de Calassanc, la tarde del pasado 28 de octubre, ha quedado visto para sentencia en el Juzgado de Menores número uno de Barcelona.
De los tres menores imputados, de entre dieciséis y diecisiete años, dos son de nacionalidad dominicana y otro colombiano. Casi todos los testigos han coincidido en señalar a uno de los acusados como autor material de la puñalada mientras que de otro ha quedado acreditada su presencia en el lugar de los hechos. Los testigos no han coincidido a la hora de reconocer la participación del tercero en los hechos.
De los tres menores imputados, de entre dieciséis y diecisiete años, dos son de nacionalidad dominicana y otro colombiano. Casi todos los testigos han coincidido en señalar a uno de los acusados como autor material de la puñalada mientras que de otro ha quedado acreditada su presencia en el lugar de los hechos. Los testigos no han coincidido a la hora de reconocer la participación del tercero en los hechos.
Durante el juicio, que se ha celebrado en el Juzgado de Menores número uno, también se ha confirmado que al menos otros tres mayores de edad participaron, aunque son cinco los que están procesados. Todos ellos deberán ser juzgados por un Tribunal Popular en la Audiencia de Barcelona.
El móvil del crimen sigue sin aclararse aunque, tras la declaración de los inspectores de policía responsables del caso, todo apunta a que los imputados, algunos de ellos miembros de la banda juvenil os "Ñetas", acudieron al instituto con la idea de ajustar cuentas con los "Latin Kings", una banda rival. La tesis que se baraja es que Ronny Tapias, que no pertenecía a ninguno de los grupos de pandilleros, murió simplemente por encontrarse en el lugar de los hechos en el momento más inoportuno, pues se entiende que sus agresores tenían un ánimo de venganza genérico, que les había llevado a no decidirse por una víctima en concreto.