Pozuelo, una fortaleza: acordonadas las zonas de botellón
El municipio madrileño se ha blindado ante los violentos disturbios, para impedir que el segundo fin de semana de fiestas se transforme de nuevo en una batalla campal. La prohibición expresa de beber alcohol, y un impresionante operativo policial dejaron ayer un Pozuelo desierto en plena festividad
La batalla campal sucedida el pasado fin de semana en Pozuelo, en el que unos 200 jóvenes asaltaron una comisaría, incendiaron coches policiales, e hirieron decenas de efectivos de seguridad, han llevado al municipio a extremar las medidas ante el pánico de que una batalla igual pueda producirse.
Los jóvenes detenidos por los altercados, han sido “castigados sin botellón” durante los próximos tres meses por el juez, medida que ha causado los recelos de numerosos colectivos.
Los abogados de los menores consideraron que se trataba de algo “desproporcionado” y recurrieron el dictamen, ya que incluso la propia Fiscalía de Menores había propuesto una determinación menor, en concreto tres meses de libertad vigilada.
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados pone en duda la eficacia de la medida cautelar: “¿Cómo controlas que un joven cuando salga no salga de fiesta?. Porque la medida no impide salir, sino no ir a fuestas a partir de las 22 horas”, según declaró a Europa Press.
El operativo policial desplegado en el municipio madrileño incluye la prohibición expresa de celebrar botellón, aunque Pozuelo se encuentre en su segundo fin de semana de fiestas patronales, en las que el consumo de alcohol en la vía pública está permitido. El principal sindicato policial, el SUP, abogó por otro tipo de control más efectivo, acotando las zonas de acceso controlado para los jóvenes donde se impida el prohíba el consumo de alcohol y se repartan gratis “bebidas sin”.
No obstante, las medidas prohibitivas y el despliegue de antidisturbios, dejó este viernes a Pozuelo desierto de altercados, y de ambiente festivo. Como recoge El Mundo, lel área de los parques donde se produjo la violencia era una auténtica zona desértica.
“Esto no son fiestas ni son nada” declaró a Efe un joven asistente a los festejos, que confesó que “Estoy deseando que sean las fiestas de Majadahonda, por lo menos allí podré tomarme algo”. Parece ser que esa fue la determinación tomada por la mayoría de los jóvenes del municipio: desplazarse a otras zonas de fiesta para evadir los controles policiales.
Por eso ahora la mayoría de los expertos alertan de que no se ha erradicado el problema, sino que se ha trasladado de lugar, tal y como ha dicho el juez de menores Emilio Calatayud, conocido por sus condenas ejemplarizantes: “Ya va siendo hora de que las autoridades se tomen en serio el problema, pero llegan tarde”.
Desde el Sindicato Unificado de Policía de la Comunidad de Madrid espera que este fin de semana las fiestas patronales de las localidadades de la región discurran "en paz", pero aseguraron que el mayor dispositivo policial se concentrará en la localidad de Majadahonda, pues se prevén altercados.
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