L D (EFE) El acusado ya fue condenado en septiembre del pasado año a una multa de 2.100 dólares y un año de retirada del permiso de conducir tras ser sorprendido por la Guardia Urbana de Barcelona al saltarse un semáforo en rojo cuando conducía borracho su motocicleta.
Bofill ha comparecido este martes a juicio en el juzgado Penal 4 de Barcelona pero, tras esperar más de dos horas, la vista se ha aplazado por la incomparecencia de uno de los agentes de la policía local de Sant Just Desvern (Barcelona) que lo retuvieron. El joven, molesto, ha comentado en tono irónico a los periodistas que "confío mucho en la Justicia española porque funciona muy bien", al tiempo que afirmaba que el día de los hechos ni siquiera había bebido y que únicamente se trató de un accidente.
Los hechos ocurrieron la mañana del 21 de julio de 2000, cuando Ricardo Bofill, tras asistir a una fiesta, conducía un BMW por una calle de Sant Just Desvern y lo hacía, según el fiscal, después de haber ingerido bebidas alcohólicas, por lo que "tenía mermadas sus facultades psicofísicas, con la consiguiente lentitud de reflejos, reducción del campo visual y alteración de la percepción, efectos que limitaban gravemente su aptitud para el manejo del vehículo".
Se estampó contra un árbol
En esas condiciones, indica la fiscalía, Bofill júnior perdió el control del coche y se estampó contra una papelera y un árbol, causando daños por 11.795 pesetas que reclama el Ayuntamiento de Sant Just. Una patrulla de la policía local se personó en el lugar de los hechos e informó al conductor de las pruebas de alcoholemia a las que debía someterse, a lo que se negó Bofill "sin causa justificada y desatendiendo las órdenes de los agentes".
Dice el fiscal que los agentes percibieron en el acusado síntomas evidentes de ir borracho como "rostro desencajado, ojos brillantes, frases rápidas e incoherentes, fuerte aliento a alcohol, cambio de comportamiento de relajado a violento y, además, necesitaba de apoyo" para caminar. El atestado de la policía indicaba que Ricardo Bofill apoyó la cabeza en el hombro de un agente debido a la borrachera y somnolencia, lo que el joven niega.
Bofill ha comparecido este martes a juicio en el juzgado Penal 4 de Barcelona pero, tras esperar más de dos horas, la vista se ha aplazado por la incomparecencia de uno de los agentes de la policía local de Sant Just Desvern (Barcelona) que lo retuvieron. El joven, molesto, ha comentado en tono irónico a los periodistas que "confío mucho en la Justicia española porque funciona muy bien", al tiempo que afirmaba que el día de los hechos ni siquiera había bebido y que únicamente se trató de un accidente.
Los hechos ocurrieron la mañana del 21 de julio de 2000, cuando Ricardo Bofill, tras asistir a una fiesta, conducía un BMW por una calle de Sant Just Desvern y lo hacía, según el fiscal, después de haber ingerido bebidas alcohólicas, por lo que "tenía mermadas sus facultades psicofísicas, con la consiguiente lentitud de reflejos, reducción del campo visual y alteración de la percepción, efectos que limitaban gravemente su aptitud para el manejo del vehículo".
Se estampó contra un árbol
En esas condiciones, indica la fiscalía, Bofill júnior perdió el control del coche y se estampó contra una papelera y un árbol, causando daños por 11.795 pesetas que reclama el Ayuntamiento de Sant Just. Una patrulla de la policía local se personó en el lugar de los hechos e informó al conductor de las pruebas de alcoholemia a las que debía someterse, a lo que se negó Bofill "sin causa justificada y desatendiendo las órdenes de los agentes".
Dice el fiscal que los agentes percibieron en el acusado síntomas evidentes de ir borracho como "rostro desencajado, ojos brillantes, frases rápidas e incoherentes, fuerte aliento a alcohol, cambio de comportamiento de relajado a violento y, además, necesitaba de apoyo" para caminar. El atestado de la policía indicaba que Ricardo Bofill apoyó la cabeza en el hombro de un agente debido a la borrachera y somnolencia, lo que el joven niega.