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Piden 34 años para dos hermanos acusados de matar a dos gitanos en un tiroteo en Madrid

La fiscal y la acusación particular solicitan 34 años de prisión para dos hermanos, Alexandre y Mario L.R., acusados de matar a dos hombres de etnia gitana en un tiroteo, en el que resultó herido Alexandre, en la madrugada del 26 de abril de 2003 en el distrito de Hortaleza de Madrid. En un juicio con jurado popular que comenzó este viernes en la Audiencia Provincial de Madrid los procesados negaron ser autores de los hechos.

L D (EFE) Según explica la representante del Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales, el suceso tuvo lugar sobre las 00:00 horas del 26 de abril de 2003 después de que Alexandre y Mario se citaran con Miguel C., de 29 años, y Carlos D.C., de 32, "para solucionar entre ellos unas diferencias".
 
La fiscal, quien también reclama que los acusados indemnicen a los herederos de Miguel con 360.000 euros y a los de Carlos con 288.000 euros, añade que el encuentro fue en la confluencia de las calles de Oña y de Siete Amigos y los dos hermanos armados con una escopeta de caza dispararon a Miguel. Miguel recibió dos impactos de bala, pero sacó una pistola y disparó a Alexandre en el abdomen, momento en el que los acusados también dispararon a Carlos en la cabeza y en la espalda, según explica la fiscal, quien considera que los dos hermanos son autores de un delito de homicidio, otro de asesinato y de tenencia ilícita de armas.
 
Alexandre aseguró que ese noche se dirigía en un vehículo al domicilio de un hermano para cenar y que para atajar atravesó un poblado gitano, donde se le cruzó un coche; y sus ocupantes, a los que no conocía, le obligaron a bajar del coche."Bajé del coche, escuché tiros y me alcanzó uno", relató el acusado, quien dijo que no recuerda más de lo ocurrido e hizo hincapié en que él nunca ha disparado un arma, "ni he matado a nadie".
 
Mario aseguró que el no se encontraba en el lugar cuando se produjo el tiroteo e indicó que al ver que su hermano no llegaba salió a la calle a buscarle. "A 200 metros vi que había un coche con las luces encendidas y al acercarme vi a mi hermano desplomado y me dijo que le habían pegado un tiro, por lo que le llevé al hospital", concluyó. Fuentes policiales cuando ocurrieron los hechos apuntaron al ajuste de cuentas entre clanes gitanos como el móvil del suceso. Según indicó la fiscal, las víctimas "recibieron los disparos prácticamente a bocajarro" y tenían antecedentes penales, lo que, a su juicio, "no justifica que se pueda acabar con sus vidas de esa forma tan horrible".
 
Por su parte, el abogado de la acusación particular recordó que un conductor de autobús encontró las dos escopetas cerca del hospital donde fue ingresado Alexandre. También dijo que "en un vehículo a nombre de Alexandre se encontraron cartuchos cuyo calibre coincide con el de los cartuchos de las escopetas que encontró el conductor". Las defensas pidieron la absolución de sus patrocinados y alegaron que los fallecidos tenían numerosos antecedentes policiales y uno de ellos "se encontraba en libertad condicional".

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