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PELIGRO, QUE VIENE EL "REFUGIADO CLIMÁTICO"

Todo vale para el lucrativo negocio del apocalipsis.  Los 240.000 euros que se ha embolsado Al Gore por dar una conferencia en Tenerife han servido para presentar en sociedad al "refugiado climático".  Y es que según el héroe del eco-fanatismo los inmigrantes que llegan a Canarias lo hace empujados por el "cambio climático". Quizá con ocurrencias como esta pretende justificar su elevadísimo caché.

L D (Agencias) La crónica que sirve la agencia Efe de la conferencia de Al Gore en Santa Cruz de Tenerife no tiene desperdicio. Entre las más apocalípticas predicciones y llamamientos a espabilar al mundo de "una patada en el culo",  el autor de "Una verdad incómoda" ha dado su explicación a la llegada de cayucos a Canarias. Sí, es el "cambio climático". 240.000 euros, 100.000 de ellos salidos del bolsillo de los contribuyentes canarios para esto.
 
Según el ex vicepresidente de EEUU, el mundo ya vive de lleno "el periodo de las consecuencias" del cambio climático, que se manifiesta en el aumento de la sequía y del hambre en África, que a su vez produce la emigración de sus habitantes. "Canarias puede decir al mundo lo que significan los refugiados climáticos", dijo Al Gore en referencia a la llegada a las costas de las islas de embarcaciones con emigrantes africanos.

Gore pronunció su conferencia "Una verdad incómoda" en el Auditorio de Santa Cruz de Tenerife, como apertura de las jornadas "Sociedad del conocimiento y cambio climático", ante una audiencia formada mayoritariamente por representantes del mundo empresarial y de las instituciones. Los "refugiados climáticos" reiteró Gore, y citó la situación de hambre en parte de África y los problemas en Sudán, que atribuyó a las intensas sequías, mientras la milicias islamistas perpetran uno de los peores genocidios de este siglo.

Ojo, que esto no es nada. Los "refugiados climáticos" pueden ser muchos más por el aumento en la temperatura del océano y el deshielo en el Ártico y en la Antártida, ocultando deliberadamente el aumento del hielo en el Ártico registrado en los últimos años.

No se inmuta Gore ante los datos y sigue con su cantinela. Un incremento de un metro en el nivel del mar como consecuencia del calentamiento global generará 100 millones de "refugiados climáticos", y un aumento de seis metros llevará el número a los 450 millones, advirtió Gore. Cualquiera de esas cifras sería inmanejable y rompería los sistemas políticos del mundo. "¿Sólo el terrorismo debe preocuparnos?", se preguntó Al Gore al constatar que todas las advertencias sobre las consecuencias del "cambio climático" han sido generalmente ignoradas por los políticos y los medios de comunicación. Desde luego no han sido tan ignorados como demuestran los 240.000 euros que cobra el señor Gore por conferencia.

El "calentamiento global" que atribuye sin base científica al incremento de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera no es un problema político, sino "ético, moral y espiritual", en el que debe involucrarse una generación entera para resolver "la crisis más peligrosa de la historia de la humanidad". Gore aseguró que, pese a la situación de "colisión con el sistema ecológico" en la que viven actualmente los humanos, "no hemos llegado tarde" para corregir la tendencia "y tenemos lo necesario para resolver la crisis", pero para ello es necesario espabilar "con una patada en el trasero".

El ex vicepresidente estadounidense hizo un recorrido por los supuestos efectos que atribuye al calentamiento global, como el deshielo, las sequías, las tormentas y huracanes cada vez más intensos y duraderos y el aumento de enfermedades tropicales fuera de sus lugares tradicionales. Ni un solo dato sustenta esta afirmación. Junto a ejemplos globales, se refirió a otros locales, como el peligro que acecha a las dunas de las playas grancanarias por los cambios en las corrientes oceánicas o las emigraciones desde África por la sequía y el hambre, para ilustrar que la actividad humana está sometiendo a la naturaleza a un ritmo que la misma naturaleza no puede seguir.

En un alarde del totalitarismo más peligroso planteó que el reto de estabilizar el clima es paralelo al de estabilizar el crecimiento de la población mundial, y para ello es preciso utilizar adecuadamente la tecnología y sobre todo "cambiar la forma de pensar".

Desechar del todo las campañas de desinformación en las que están implicadas las industrias contaminantes para poner en duda la "realidad científica", que él mismo ignora para sus predicciones apocalípticas, de que está en marcha "un cambio climático originado por la actividad humana", es un primer paso. Pero también hay que entender que "no hay un conflicto entre la economía y el medio ambiente", puntualizó.

No hay una solución única para detener el incremento de la temperatura en la Tierra, pero hay muchas herramientas para resolver la crisis y convertirla en una oportunidad, que sin duda Al Gore conoce mejor que nadie.

Las compañías de automóviles que fabrican coches híbridos son más exitosas, dijo como ejemplo de que actuar en favor del medio ambiente es rentable. La producción energética eólica y solar y la investigación tecnológica son campos en los que hay que profundizar, dijo Gore, e instó a su audiencia a pensar a cincuenta años vista, porque solamente esta generación puede abordar este reto e impedir "los catastróficos efectos que tendría no hacer nada".

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