(Libertad Digital) "Consideran que los individuos sólo nos realizamos cuando estamos inmersos continuamente en la política", comenta este maestro de economistas liberales, para quien "la política es sólo la parte pequeña de nuestra vida". Es un símbolo de que una parte de nuestras instituciones está fuera de la política. Ése es un mensaje que hay que dar".
El profesor de la Universidad San Pablo-CEU y de la Saint Louis University aprecia resonancias "mussolinianas" en "esa visión de que la sociedad tiene que estar organizada en colectivos que compiten entre sí", propia de los "republicanos de izquierdas" como José Luis Rodríguez Zapatero.
"Los que creen que es inevitable que las personas estén metidas en grandes asociaciones y que para evitar el predominio de unas sobre otras haya competencia entre ellas (...) no se dan cuenta de que para la libertad, lo central es el individuo y que debemos pensar cómo conseguimos que los individuos sean más dueños de sus propias vidas y lo más responsable posible de lo que hacen", ha explicado Pedro Schwartz en el programa de esta semana de Contemporáneos, en Libertad Digital Televisión.
Para Schwartz, la Monarquía ha resultado en España un dique frente a la tendencia de la izquierda a politizarlo todo. "Por eso la defiendo", dice de la Corona, "porque en España es un símbolo de que una parte de nuestras instituciones está fuera de la política. Ése es un mensaje que hay que dar".
"La política es una parte pequeña de nuestra vida. La mayor parte transcurre en la esfera privada, la familia, el trabajo, el escribir, el pensar, el hacer arte... Esta reducción de la política a una mínima expresión en nuestras vidas es, ciertamente, muy contrario a lo que dicen los republicanos cívicos, porque la política no puede llenar nuestra vida; no todo puede ser política", reflexiona.
Schwartz repasa en una extensa entrevista algunos hitos de su trayectoria académica, del acervo familiar y de su obra investigadora y ensayística, marcada recientemente por la publicación de En busca de Montesquieu. La democracia en peligro (Ediciones Encuentro, 2006).
Hijo, hermano y sobrino de diplomáticos, Pedro Schwartz ha evocado en Libertad Digital Televisión algunos recuerdos de su estancia en Viena durante los años del pogrom contra los judíos. Allí estuvo destinado su padre como embajador.
Schwartz, defensor de la memoria del holocausto, deplora la posición del Bloque Nacionalista Galego, negándose a respaldar en el Parlamento autonómico una moción de PSOE y PP para condenar el exterminio de los judíos a manos del régimen nazi.
La corriente negacionista se encarna hoy, tanto en las organizaciones de extrema izquierda de Occidente, como en el discurso del integrismo islámico.
"Que no me cuente el presidente de Irán que no hubo holocausto. Yo lo he visto con estos ojos. He visto señoras mayores con la estrella de David barriendo las calles de Viena para quitar la nieve. He visto en los parques de Viena, marcada a fuego, en los bancos de madera, la estrella de David para indicar dónde podían sentarse los judíos", evoca.
Sobre la negativa del BNG a condenar el holocausto con el pretexto de que debe condenarse también a Israel por la situación en Oriente Medio, Schwartz ha comentado:
"Lo que está pasando en Oriente Medio es de carácter muy distinto. Quizá el BNG no sepa, porque da muestras más de ignorancia que de maldad, que hay una minoría árabe palestina que es ciudadana de Israel, no es perseguida, vota...y espero que en algún momento se consiga que haya dos Estados que puedan convivir. Pero, comparar aquello con el holocausto nazi es, no ridículo, es vergonzoso y triste", ha declarado Pedro Schwartz a LDTV.