Pedro Jiménez niega que él sea el asesino de las policías aunque reconoce que estuvo "por la zona"

L D (Agencias) Según fuentes judiciales que cita Europa Press, Pedro Jiménez, negó ser el autor de los asesinatos de las policías nacionales en un piso de Hospitalet (Barcelona), aunque reconoció que estuvo "por la zona" en la que se produjeron los asesinatos, pero que no entró en el domicilio en el que fueron vejadas y asesinadas las dos mujeres.

Pedro Jiménez, nacido en Barcelona y de 35 años de edad, que ha declarado acompañado de su abogado, será trasladado ante la juez que investiga el caso. A pesar de que el detenido ha negado los hechos, la juez, que tiene decretado el secreto de sumario, cuenta con diversas pruebas que podrían "resultar concluyentes" respecto a la autoría de los crímenes, según fuentes de la investigación.

Además de la factura que fue hallada en el domicilio de las víctimas en la que aparecía un número de móvil anotado a mano y en el que se hallaron huellas del supuesto asesino, existen otras pruebas que podrían demostrar su culpabilidad, según las mismas fuentes.

Ahora los investigadores analizan los retos de sangre hallados en la navaja encontrada en el lavabo de un restaurante barcelonés y unas deportivas que coinciden con el número que calza el detenido y que están manchadas de sangre. Los investigadores manejan la tesis de que el detenido escogió a su víctima al azar el pasado martes y que después de entrar con ella en el piso, probablemente a punta de navaja, se encontró con otra mujer que estaba durmiendo. Tras vejarlas sexualmente, las mató.

No obstante, fuentes de la investigación señalaron que el detenido no violó a sus víctimas, según confirmaron las autopsias, aunque sí pudo haberlas vejado sexualmente utilizando algún utensilio. Asimismo, el detenido fue filmado por la cámara de vigilancia de un cajero automático, cuando intentaba extraer dinero con la tarjeta de crédito de una de las víctimas. Otra de las pruebas con las que cuenta la juez son unas huellas que fueron encontradas en el cinturón de una de las víctimas y que corresponderían al detenido.