L D (EFE) Se espera que el huracán permanezca en las próximas horas frente a la costa, casi estacionario, con un ligero movimiento paralelo al litoral hacia el nordeste, con lo que el ojo no tocaría tierra y se adentraría cada vez más en el mar. El CNH, organismo de vigilancia de huracanes en el país, prevé que Ophelia se moverá en las próximas 24 horas de forma paralela a la costa oriental de EEUU y no descarta que se comporte de forma errática, teniendo en cuenta su escasa velocidad de traslación.
No obstante, los vientos sostenidos del ciclón, que alcanzan una velocidad de casi 130 kilómetros por hora, han derribado árboles y tendidos eléctricos a su paso, y sus nubes han descargado hasta 305 litros por metro cuadrado de precipitaciones en algunas zonas en pocas horas. Además, 80.000 viviendas particulares y negocios estaban sin electricidad este jueves en Carolina del Norte.
El gobernador del estado, Mike Easley, indicó en una rueda de prensa que ha habido inundaciones pero la virulencia del huracán es menor que la temida inicialmente. El ciclón, de categoría uno, la menor en la escala de Saffir-Simpson, cambió ligeramente de rumbo y su centro se ha mantenido sobre el océano. Sin embargo, se teme que la marea que está provocando pase por encima de las estrecha barrera de islas que protege a la bahía de Pamlico.
Uno de los lugares vulnerables es la isla de Hatters, donde se han registrado ráfagas de viento que alcanzaron los 150 kilómetros por hora, y que continúa bajo una orden de evacuación obligatoria. El CNH calcula que la marea causada por Ophelia alcanzará un máximo de 1,2 metros en la costa. Además, el agua podría subir hasta 2,5 metros en la desembocadura de algunos ríos y en la cabecera de las bahías, de acuerdo con sus meteorólogos.
El Ophelia ha revivido los temores del devastador Katrina, que asoló los estados sureños del golfo de México y ha dejado a su paso al menos 711 muertos, según las últimas cifras oficiales.
No obstante, los vientos sostenidos del ciclón, que alcanzan una velocidad de casi 130 kilómetros por hora, han derribado árboles y tendidos eléctricos a su paso, y sus nubes han descargado hasta 305 litros por metro cuadrado de precipitaciones en algunas zonas en pocas horas. Además, 80.000 viviendas particulares y negocios estaban sin electricidad este jueves en Carolina del Norte.
El gobernador del estado, Mike Easley, indicó en una rueda de prensa que ha habido inundaciones pero la virulencia del huracán es menor que la temida inicialmente. El ciclón, de categoría uno, la menor en la escala de Saffir-Simpson, cambió ligeramente de rumbo y su centro se ha mantenido sobre el océano. Sin embargo, se teme que la marea que está provocando pase por encima de las estrecha barrera de islas que protege a la bahía de Pamlico.
Uno de los lugares vulnerables es la isla de Hatters, donde se han registrado ráfagas de viento que alcanzaron los 150 kilómetros por hora, y que continúa bajo una orden de evacuación obligatoria. El CNH calcula que la marea causada por Ophelia alcanzará un máximo de 1,2 metros en la costa. Además, el agua podría subir hasta 2,5 metros en la desembocadura de algunos ríos y en la cabecera de las bahías, de acuerdo con sus meteorólogos.
El Ophelia ha revivido los temores del devastador Katrina, que asoló los estados sureños del golfo de México y ha dejado a su paso al menos 711 muertos, según las últimas cifras oficiales.