Numerosas embarcaciones y puertos de Baleares han sufrido daños a causa del terremoto

L D (EFE) Este teléfono ha recibido 2.367 llamadas desde que a las 20.45 horas del miércoles se registrara el seísmo, cuyo epicentro se situó a 45 kilómetros al noreste de Argel, con una magnitud de 5,2 grados en la escala Richter según el Instituto Argelino de Astrofísica, aunque el observatorio de Ciencias de la Tierra en Estrasburgo la elevó a 6,0 y el Centro de Seguimiento Geológico de EEUU en Washington a 6,7 grados.

Las llamadas, en principio, procedieron de centenares de ciudadanos asustados por los temblores que habían notado en sus casas, aunque no se registraron daños personales ni desperfectos materiales en viviendas. Sin embargo, una hora después, el sismo provocó "violentas" sacudidas en el mar, con bajadas y subidas bruscas del nivel de las aguas, que se han sucedido durante toda la noche, cada vez con menor intensidad.

A consecuencia de estas oscilaciones en el nivel del mar se ha visto especialmente dañado el puerto de Mahón, en Menorca, donde más de 50 embarcaciones han sufrido desperfectos, al igual que las infraestructuras portuarias. También en el municipio menorquín de San Luis ha habido embarcaciones hundidas e incluso desaparecidas, seguramente arrastradas por el fuerte oleaje.

En Mallorca, las zonas más afectadas han sido las costas norte y este de la Isla, como Pollensa, Alcudia, Colonia de Sant Jordi y Porto Petro. En este último núcleo, el agua llegó hasta la zona peatonal, numerosas embarcaciones volcaron o chocaron unas con otras y tres barcas se encuentran todavía a la deriva. Otros seis barcos se han hundido en Ses Salines al chocar entre ellos, en tanto que, en Palma, las embarcaciones amarradas en el Paseo Marítimo, situadas cerca de la Riera, tocaron fondo porque el nivel del mar bajó bruscamente.

En Ibiza, a consecuencia del seísmo registrado en Argel, se inundaron varias zonas costeras, sobre todo la bahía de Portmany, en San Antonio, y también en Santa Eulalia. En la costa de San Antonio, el agua se retiró hasta cien metros dejando ver el fondo del mar para volver en forma de una gran ola, que inundó buena parte del paseo e hizo chocar los barcos que estaban amarrados. Como consecuencia de ello, varias embarcaciones se hundieron, otras acabaron subiendo a los muelles y chocando contra los coches aparcados cerca de la orilla, y también hubo algunos incendios debido a los cortocircuitos provocados por el agua.

En Santa Eulalia el efecto fue similar y afectó a las costas de Cala Llonga, Es Canar y el puerto deportivo, donde una ola de metro y medio barrió los muelles e hizo naufragar al menos a dos barcos, uno de ellos un yate de 15 metros.

La Consellería de Interior, que anunció nuevas réplicas, ha recomendado que en estos casos se evite salir al mar, no utilizar los ascensores y alejarse de las ventanas.