LD (EFE) Livi Ajuonuma, portavoz de la Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria (PNC), anunció que la empresa a la que pertenece será al encargada de enterrar cinco mil kilómetros de conductos de petróleo y derivados con el fin de evitar accidentes.
El programa se extenderá por tres años y la idea es que los conductos pasen lejos de los núcleos urbanos y queden enterrados en profundidad, para evitar los accidentes que se registran al romper las tuberías a fin de robar los combustible o el petróleo.
Este martes, en el barrio de Abule Egba, a las afueras de Lagos, la principal ciudad del país, se registró una explosión y un fuerte incendio cuando varios jóvenes rompieron un conducto de combustibles para robar su contenido. La Cruz Roja ha contabilizado ya más de 260 muertos, pero se teme que la cifra final sea más elevada.
En mayo pasado, 150 personas murieron en Lagos por un suceso parecido al de ayer, y en 1998, en el peor siniestro de este tipo, casi 1.100 personas perecieron en la cercana localidad de Jesse cuando un conducto explotó en circunstancias similares.
El presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, que ordenó la operación para levantar los conductos actuales, expresó su profundo pesar por la pérdida de vidas, "a pesar de las repetidas advertencias del Gobierno sobre los peligros asociados cuando se intentan forzar los oleoductos".