L D (EFE) Muñoz Molina ha declarado que se comprometió a dirigir el Cervantes durante dos años y que por esta razón y porque no quería desatender su profesión de escritor ha dejado el sillón libre. "Ha sido una experiencia maravillosa y me vengo con la idea con la que me fui, poder contribuir al servicio público de mi país enseñando la lengua española y la cultura que se hace en España y en el mundo en español. El sueño de la difusión de la lengua española en el mejor entorno y en las mejores condiciones", ha explicado Molina.
Exposiciones, conferencias, coloquios, homenajes, cursos, conciertos, cine o actos relacionados con el año Quijote, son algunas de las múltiples actividades que ha desarrollado el Cervantes neoyorquino en estos dos años. La gestión de Muñoz Molina también ha consistido en buscar relaciones, fondos privados y convenios con los museos de la ciudad de Nueva York, con el MOMA, el Guggenheim, el Metroplitan o con sociedades como el Pen Club.
A estas actividades el nuevo director del Cervantes les ha puesto nota muy alta, agradeciendo a Molina su "magnifica gestión. Muñoz Molina ha indicado que le ha costado tomar la decisión y ha pedido que se incrementen los fondos al Ministerio de Cultura "para que los trabajadores del Instituto puedan vivir más tranquilos".