El escritor Antonio Muñoz Molina reivindicó la cultura del esfuerzo frente al "igualitarismo guay" que, en su opinión, está detrás del desastre educativo en España. Un sistema que "rebajando las exigencias, en nombre de la igualdad, lleva a la desigualdad".
Muñoz Molina ha defendido este martes el conocimiento "como arma para descubrir lo mejor de cada uno de nosotros, para no conformarnos con la identidad obligatoria" y como mejor forma de conseguir "el desarrollo de las capacidades de las personas". Asimismo, ha subrayado el valor de la educación y la excelencia y ha afirmado que "no hay nada más estimulante que aprender".
El escritor participa en Zaragoza en el ciclo 'CAI en el siglo XXI', que en esta edición ofrecerá 'Cuatro visiones de la cultura española'. El escritor inaugura el ciclo a las 19.30 horas, en el salón de actos de Caja Inmaculada (Paseo de la Independencia, 10), con la conferencia 'Elogio al conocimiento'.
En rueda de prensa, el también miembro de la Real Academia Española ha incidido en el valor del conocimiento "en el desarrollo personal", ya que posibilita "que cada uno despliegue al máximo su capacidad", así como ha subrayado "el valor de la educación como instrucción pública, como palanca de mejora y de ascenso social para las personas" que permite que esas personas "sean más productivas, más racionales y más justas".
Además, ha valorado que "no hay desarrollo sin educación y no hay democracia sin educación, porque la democracia se basa en la existencia de ciudadanos soberanos capaces de tomar decisiones racionales a partir de una apreciación lo más ajustada posible de la realidad", algo que "parece evidente", "pero el mundo del conocimiento ha sufrido un descrédito muy fuerte", ha lamentado.
Según el escritor, en España se ha pasado de una generación a la que enseñaron a ver el mundo "como un valle de lágrimas" para pasar a "informar a la población de que el mundo es un parque temático, en el que disfrutar de tu creatividad" sin valorar el esfuerzo y sin ver en las escuelas el "lugar de formación de las personas".
De esta forma, "en nombre de un igualitarismo guay", se abordan cuestiones como el fracaso escolar no exigiendo más esfuerzo, "porque todo lo valioso requiere esfuerzo", sino "rebajando las exigencias" y el resultado es un sistema que, "en nombre de la igualdad, lleva a la desigualdad".
Muñoz Molina ha incidido en que estos valores "se han quebrado" en España, de modo que "no funciona el mecanismo de ascensión social ni la capacidad de un país de aprovechar las potencialidades de sus ciudadanos" y se ha generado una sociedad "en la que el elitismo está mal visto, pero todos somos elitistas", ha apreciado al citar como ejemplo como cuando una persona va al médico, o viaja en avión, desea ser atendido por los mejores profesionales.
Por ello, el escritor ha advertido de que "buscar una buena educación, buscar la excelencia no es ser elitista", sino que cada persona, "independientemente de su origen", debe buscar "el desarrollo de todas sus capacidades".
En este contexto, el aprendizaje no debe verse "como un valle de lágrimas, porque la ignorancia es profundamente aburrida", y la lección es que el aprendizaje "no es un circo, pero tampoco es una cárcel". "No hay nada más estimulante que aprender y cosechar el fruto del aprendizaje y el esfuerzo", ha subrayado, para agregar que "aprender nos enseña a seguir aprendiendo y hace que uno tenga más posibilidades de felicidad".
En una sociedad acostumbrada a lo inmediato, en un país "líder en abandono escolar, en baja productividad y en desempleo juvenil", este mensaje puede calar en la sociedad "mediante el ejemplo, explicándose y viendo el camino que se lleva en la otra dirección". En caso extremo será necesario "aprender a la fuerza, igual que hay que aprender a ser austeros y a no despilfarrar", ha indicado Antonio Muñoz Molina, si bien ha rechazado visiones catastrofistas al sostener que "no creo que las cosas sean inevitables".
Así, ha animado a "decir las cosas claro, alto y sin miedo al estereotipo en un país en el que el debate verdadero no existe", y a los ciudadanos a "hacer el esfuerzo, cada uno en su ámbito" para recuperar el conocimiento como fuente de desarrollo personal.
Por otra parte, al ser preguntado por la posible relación entre las nuevas tecnologías y el deterioro del lenguaje, Antonio Muñoz Molina ha asegurado que "el problema es la ignorancia, no el medio ni la tecnología, porque Internet sirve para transmitir el saber más especializado o el horóscopo", ha comentado. "La tecnología es lo que hagamos con ella, no hay excusas", ha aseverado, al insistir en que la degradación de una lengua es "un problema de ignorancia, de falta de verdad", y su conservación atañe a toda la sociedad, porque "la lengua es de todos", ha concluido.