Aplausos y vivas a Munilla en su toma de posesión como obispo
Monseñor Munilla ya es obispo de San Sebastián pese al rechazo de los nacionalistas. En una homilía abarrotada de fieles, el prelado ha reconocido "presiones" y ha pedido disculpas a los católicos. Al acto también han acudido el nuncio del Papa en España y su antecesor, el polémico Uriarte.
El mundo nacionalista no ha conseguido manchar la designación de monseñor José Ignacio Munilla como nuevo obispo de San Sebastián. En su toma de posesión, el prelado, que se emocionó, se ha presentado "pobre y humilde" y ha asegurado que llega a la diócesis con la intención de "entroncarse plenamente" y a cuyos fieles ha dicho que rezar "unos por otros" es "el camino para sanar heridas".
Munilla ha sido nombrado obispo en una solemne eucaristía celebrada en la catedral del Buen Pastor, en la que han participado más de 40 prelados y cardenales y en la que el nuncio papal, Renzo Fratini, le ha entregado el báculo y la mitra, símbolos de su nuevo ministerio.
En un tono claramente conciliador, Munilla no ha hecho alusiones directas a la polémica que ha despertado su nombramiento ni al rechazo que ha concitado en casi el 80 por ciento de los párrocos guipuzcoanos, si bien ha reconocido "presiones" tras el anuncio del Vaticano sobre su designación.
Munilla ha agradecido a todos la acogida y el recibimiento que le han otorgado, aunque ha opinado que ha sido "un tanto desproporcionado" y "sobredimensionado por las circunstancias".
"El actor mediático tan influyente en nuestros días contribuye fácilmente a construir castillos en el aire, a ver gigantes donde sólo hay molinos, a engrandecer a quienes lejos de ser supermanes tan sólo son unos peregrinos más en el camino de la vida; o tal vez, a juzgar como demonios a quienes simplemente comparten nuestra misma condición pecadora", ha destacado durante la misa, que ha estado repleta de fieles, que le han dedicado aplausos y vivas.
Media hora antes del inicio de la ceremonia, un grupo de personas, miembros de asociaciones de gays y lesbianas del País Vasco, se concentraron en el exterior de la catedral, en una plaza cubierta por la nieve, para protestar por la llegada de Munilla con una pancarta en la que se leía la consigna "Vuestro cielo es nuestro infierno".
Muchas personalidades entre los asistentes
Aunque la nieve ha impedido la participación en la solemne ceremonia de una decena de obispos que sí tenían previsto acudir, como los de Huesca, Lleida, León y Calahorra, sí han conseguido sortear las malas condiciones de las carreteras tres autobuses y un microbús procedentes de Palencia, de donde han llegado también algunas de sus autoridades, como el alcalde, Heliodoro Gallego (PSOE), y el presidente de la Diputación, Enrique Martín (PP).
Arantza Quiroga (PP), presidenta del Parlamento Vasco, también ha asistido, al igual que el pasado sábado a la despedida del obispo saliente, pero no responsables de la Diputación de Guipúzcoa, que gobiernan PNV y Hamikabat y que sí enviaron representación oficial a la Eucaristía de hace una semana. María San Gil también estuvo en la santa catedral.
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