L D (EFE) El Tribunal Supremo ha condenado a una multa de 4.380 euros a un inspector jefe de la Policía de Logroño, quien aprovechó su puesto para alertar a dos amigos, dueños de un club de alterne, de las inspecciones policiales que se planeaban realizar en este tipo de establecimientos en La Rioja. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha condenado a Alfredo S.C. por un delito de revelación de secretos.
El Supremo fundamenta su decisión en la importancia del "bien jurídico protegido", que en este caso consiste en "la quiebra de la credibilidad que en el colectivo social deben tener todas las instituciones y, los funcionarios que las encarnan", y no por el daño efectivamente ocasionado. Asimismo, el Supremo entiende que el perjuicio consiste en la "reiteración del quebrantamiento de secreto y la cualificación profesional" del policía.
El alto tribunal considera probado que Alfredo S.C. mantenía una relación de amistad con Manuel A.M. y Angel S.M., quienes regentaban el club de alterne "Costa Rica", en el municipio riojano de Tricio, local en el trabajaban ciudadanas extranjeras en situación ilegal en España. El acusado, durante febrero de 1997 y gracias al puesto que ocupaba, tuvo conocimiento de operaciones que la Brigada de Extranjería pretendía efectuar en los clubes de idéntica naturaleza que funcionaban en la provincia. Al menos en tres ocasiones, Alfredo S.C. avisó telefónicamente a Manuel A.M. de que se iban a producir distintas intervenciones policiales las noches de los días 5, 11 y 12 del mes febrero de aquel año.
El Supremo fundamenta su decisión en la importancia del "bien jurídico protegido", que en este caso consiste en "la quiebra de la credibilidad que en el colectivo social deben tener todas las instituciones y, los funcionarios que las encarnan", y no por el daño efectivamente ocasionado. Asimismo, el Supremo entiende que el perjuicio consiste en la "reiteración del quebrantamiento de secreto y la cualificación profesional" del policía.
El alto tribunal considera probado que Alfredo S.C. mantenía una relación de amistad con Manuel A.M. y Angel S.M., quienes regentaban el club de alterne "Costa Rica", en el municipio riojano de Tricio, local en el trabajaban ciudadanas extranjeras en situación ilegal en España. El acusado, durante febrero de 1997 y gracias al puesto que ocupaba, tuvo conocimiento de operaciones que la Brigada de Extranjería pretendía efectuar en los clubes de idéntica naturaleza que funcionaban en la provincia. Al menos en tres ocasiones, Alfredo S.C. avisó telefónicamente a Manuel A.M. de que se iban a producir distintas intervenciones policiales las noches de los días 5, 11 y 12 del mes febrero de aquel año.