L D (EFE) La mujer no denunció en principio al marido por miedo a las represalias hacia el hijo de ambos, aunque en 2002 puso los hechos en conocimiento de la policía. La denunciante entregó a la policía unos mensajes recibidos en su móvil en los que su ex marido le decía que la iba a matar y la insultaba.
Las amenazas continuaron con llamadas telefónicas y mensajes cortos, con la excusa de que la madre se negó a aceptar una escopeta de perdigones que su ex marido quería regalar al hijo por su cumpleaños. El fiscal calificó todos los hechos como acoso psicológico constante.