L D (Agencias) Según informaron fuentes de la investigación, los agentes del instituto armado acudieron al club tras recibir la llamada del dueño del local y conminaron a salir del mismo a los delincuentes, quienes no dudaron en hacer uso de sus armas -que resultaron ser de fogueo- contra los guardias civiles, que repelieron la agresión.
El suceso se produjo en torno a las tres de la madrugada, cuando el club aún estaba abierto al público y en su interior había trece personas, ninguna de ellas, al parecer, cliente. El local, llamado "Jalde", está ubicado en el kilómetro 47 de la N-I (carretera de Burgos), desde donde la Guardia Civil de El Molar recibió la llamada del dueño y envió una patrulla, que llegó al lugar en tan sólo dos minutos.
Los agentes llamaron a la puerta, pero al comprobar que no abrían, pidieron refuerzos y rodearon el local e invitaron por megafonía a los atracadores a que depusieran su actitud, soltaran las armas y salieran de forma pacífica, según las citadas fuentes. Sin embargo, los presuntos delincuentes salieron encapuchados, con las armas en la mano y comenzaron a disparar, por lo que los agentes se vieron obligados a repeler la agresión e hicieron uso de sus armas reglamentarias.
Como consecuencia de los disparos, dos atracadores -uno de origen español y el otro colombiano- fallecieron y un tercero, también colombiano, resultó herido de bala en el muslo derecho, mientras que los otros dos integrantes del grupo, de la misma nacionalidad, fueron arrestados.
La Guardia Civil todavía no se explica el motivo por el que los atracadores dispararon sus armas a pesar de que de ellas no puede salir ningún proyectil.
El suceso se produjo en torno a las tres de la madrugada, cuando el club aún estaba abierto al público y en su interior había trece personas, ninguna de ellas, al parecer, cliente. El local, llamado "Jalde", está ubicado en el kilómetro 47 de la N-I (carretera de Burgos), desde donde la Guardia Civil de El Molar recibió la llamada del dueño y envió una patrulla, que llegó al lugar en tan sólo dos minutos.
Los agentes llamaron a la puerta, pero al comprobar que no abrían, pidieron refuerzos y rodearon el local e invitaron por megafonía a los atracadores a que depusieran su actitud, soltaran las armas y salieran de forma pacífica, según las citadas fuentes. Sin embargo, los presuntos delincuentes salieron encapuchados, con las armas en la mano y comenzaron a disparar, por lo que los agentes se vieron obligados a repeler la agresión e hicieron uso de sus armas reglamentarias.
Como consecuencia de los disparos, dos atracadores -uno de origen español y el otro colombiano- fallecieron y un tercero, también colombiano, resultó herido de bala en el muslo derecho, mientras que los otros dos integrantes del grupo, de la misma nacionalidad, fueron arrestados.
La Guardia Civil todavía no se explica el motivo por el que los atracadores dispararon sus armas a pesar de que de ellas no puede salir ningún proyectil.