L D (EFE) Un conjunto de barro y rocas logró taponar el río Jinchuan y un lago artificial, provocando el desbordamiento del agua, que llegó a la localidad arrasando con todo lo que encontraba a su paso: puentes, carreteras y casas. Aparte de los setenta fallecidos, otras noventa personas han estado atrapadas varias horas esperando ser evacuadas, según el rotativo chino South China Morning Post . Liu Xingshi, profesor de la Universidad Politécnica de Chengdu, ha manifestado que la deforestación de las montañas ha agravado las consecuencias de las avalanchas.
Pero la zona sudoeste del país no ha sido la única afectada en las últimas horas. En la región central china, un seísmo producido en el poblado de Qianjiangping, en la provincia de Hubai, ha provocado cuatro muertes y que veinte personas permanezcan aún desaparecidas. Esta zona, además, se está preparando ya para las crecidas del río Yangtsé. Unos 2,4 millones de personas vigilan sin cesar los diques para evitar posibles roturas. El ejército, mientras tanto, se ocupa de las evacuaciones de los afectados. Hasta esta semana eran alrededor de un millón los chinos que vigilaban el río Huai, pero con el empeoramiento de la situación se ha movilizado a más de otro millón de personas. Unos dos millones de hectáreas han quedado anegadas, y las pérdidas económicas se calculan en torno a 17.000 millones de dólares, sin hablar de los cientos de miles de evacuados y las 569 personas fallecidas.
Según fuentes del Instituto Nacional de estadística de China, en lo que va de año se han producido inundaciones en once provincias, que han afectado a más de 120 millones de personas, causado la muerte a casi 600, hecho desaparecer un millón y medio de viviendas y unos dos millones de evacuados. Se han echado a perder en total 5,2 millones de hectáreas de tierras de cultivo por culpa del agua, y las pérdidas generales se estiman en 3.900 millones de dólares.
Pero la zona sudoeste del país no ha sido la única afectada en las últimas horas. En la región central china, un seísmo producido en el poblado de Qianjiangping, en la provincia de Hubai, ha provocado cuatro muertes y que veinte personas permanezcan aún desaparecidas. Esta zona, además, se está preparando ya para las crecidas del río Yangtsé. Unos 2,4 millones de personas vigilan sin cesar los diques para evitar posibles roturas. El ejército, mientras tanto, se ocupa de las evacuaciones de los afectados. Hasta esta semana eran alrededor de un millón los chinos que vigilaban el río Huai, pero con el empeoramiento de la situación se ha movilizado a más de otro millón de personas. Unos dos millones de hectáreas han quedado anegadas, y las pérdidas económicas se calculan en torno a 17.000 millones de dólares, sin hablar de los cientos de miles de evacuados y las 569 personas fallecidas.
Según fuentes del Instituto Nacional de estadística de China, en lo que va de año se han producido inundaciones en once provincias, que han afectado a más de 120 millones de personas, causado la muerte a casi 600, hecho desaparecer un millón y medio de viviendas y unos dos millones de evacuados. Se han echado a perder en total 5,2 millones de hectáreas de tierras de cultivo por culpa del agua, y las pérdidas generales se estiman en 3.900 millones de dólares.