Queda por ver el movil de la cuestion.
Es curioso. He leído esta noticia en distintos diarios digitales, y en todos, los comentarios de los lectores son casi idénticos, y muchos son como los de Nick2. De todas formas, en lo que a muertes absurdas se refiere, aún la medalla de oro la tiene aquel al que un corrimiento de tierra lo enterró... junto a una gallina a la que se estaba quilando, el pobrecito. Claro que en la asignatura de educación a la ciudadanía eso sería considerado una muerte dulce.
Ya tenemos un firme candidato a llevarse el Premio Darwin de este año. Descanse en paz.
Qué forma tan triste, lamentable, grotesca, ridícula y absurda (además de horrible) de encontrar la muerte. Que nos sirva de lección a los demás. Ya que hemos de morir, procuremos al menos que sea una muerte digna, porque hay formas de morir que son peores que la muerte misma.
Me temo que esto no pasa de ser una muerte imprevisible, pero por la que no cabe culpar al fallecido.
Hay muchas circunstancias en las que se puede encontrar la muerte sin necesidad de haber asumido altos riesgos. Por ejemplo, no se puede considerar que pasar por encima de la barandilla de un parquecillo sea "jugarse la vida" (se apoya una mano, se pasa un pie, luego el otro...), pero siempre habrá un caso entre un millón que le resbale la mano, caiga de cabeza y se parta la crisma.
En este caso, nadie podría imaginar que intentar alcanzar el móvil en un agujero de 60 centímetros de profundidad sea "jugarse la vida", pero la fatalidad hizo que así fuera. No hay que olvidar que 60 centímetros viene a ser la distancia desde el hombro a la muñeca, es decir, distancia sobrada como para coger un móvil caído.
Y además hay que tener en cuenta otra cosa, al hilo de la mención a que "el movil era de gama baja": si el móvil había caído por la alcantarilla, lo más seguro es que se hubiese mojado y estropeado, de modo que tanto daba que fuese un modelo caro o barato. Lo más probable es que el hombre sólo quisiese recuperar la tarjeta SIM (que es la línea telefónica) para ponerla en otro terminal y, posiblemente, alguna tarjeta de memoria que pudiese contener fotografías personales (ya que para incorporar cámara no hace falta que un móvil sea "de gama alta").
De modo que no empecemos con tonterías: si se cae el móvil a una profundidad inferior a la longitud del propio brazo, a nadie se le ocurre llamar a los bomberos para recuperarlo. Como mucho, se puede pedir ayuda a alguien que pase por el lugar para que te sujete las piernas (incluso imagino que si se llama a los bomberos, éstos se molestarán con un "¿Y para eso nos llama? Como si no hubiera auténticas urgencias que atender")
Un saludo.