(Libertad Digital) En declaraciones a Libertad Digital, el portavoz de la CEP Rodrigo Gavilán ha revelado que superan ampliamente el número de 2.000 los subsaharianos que esperan en el puerto de Nuadibú, al norte de Mauritania, para alcanzar las costas canarias y entrar así en territorio español. En lugar de utilizar las habituales pateras, los subsaharianos son trasladados en un nuevo tipo de embarcación, llamado Cayuco, con una capacidad para 45 inmigrantes, dos motores, recubiertas con fibra de vidrio, lugar para dos bidones de combustible y en alguna de ellas hasta GPS. Los Cayucos tienen 17 metros de eslora, por los 6 que tienen habitualmente las pateras.
Las pateras tenían que hacer una travesía de en torno a 60 millas, desde el puerto de El Aaiún a Lanzarote o Fuerteventura. Ahora el viaje supone un recorrido de en torno a mil kilómetros, por lo que necesitan este nuevo tipo de embarcaciones, alguna de las cuales son remolcadas por barcos pesqueros españoles, franceses y portugueses. El ministro de Asuntos Sociales, Jesús Caldera, negó el pasado martes, 17 de enero la existencia de dichas "naves nodriza". Pero Rodrigo Gavilán ha precisado este lunes a Libertad Digital que los pesqueros no solo hacen dichos remolques, sino que albergan a los inmigrantes durante la mayor parte de la travesía.
Remolcados a 12 millas de la costa
Los pesqueros se detienen al menos 12 millas antes de alcanzar la costa canaria. Lo hacen así, porque de ese modo se mantienen en aguas internacionales, fuera del alcance de la Guardia Civil. El resto del trayecto lo cubre la embarcación. Las autoridades locales se extrañaban de la llegada de inmigrantes a las islas más occidentales, por tanto más lejanas de la costa de Marruecos, en perfectas condiciones, con la ropa seca y sin signos de haberse enfrentado a las habituales dificultades del viaje en patera. Una vez en Canarias, los inmigrantes son enviados en avión a la Península Ibérica en el plazo de 40 días. Desde la llegada del primer Cayuco han sido 600 los inmigrantes que han alcanzado las costas canarias, en doce embarcaciones de ese tipo. "Pronto estarán en Madrid", ha precisado el portavoz de la CEP.
Rodrigo Gavilán ha declarado que los inmigrantes subsaharianos que esperan en el puerto de Nuadibú superan ampliamente los 2.000, y son los que intentaron cruzar las vallas de Ceuta y Melilla en septiembre del año pasado. Caldera declaró entonces que quienes intentaban por todos los medios entrar en nuestro país no conocían el proceso de regularización promovido por el propio ministro, ya que “la inmensa mayoría de los inmigrantes llevan años para llegar a Ceuta y Melilla”. En tres meses han logrado cruzar Marruecos hasta Mauritania y realizar un viaje de mil kilómetros hasta las costas españolas.
En opinión de Gavilán, lo que demuestra este nuevo intento masivo de acceder a nuestras costas es precisamente el "efecto llamada" que ejerce sobre los inmigrantes, que están deseosos de entrar en el proceso de regularización que legalice su situación en España. Cree que con la ley promovida por Jesús Caldera "se ha abierto la caja de Pandora del África Central".
Islas sin SIVE
Hasta ahora, las islas más orientales de Canarias, Lanzarote y Fuerteventura eran el destino preferido de las mafias de traslado de inmigrantes situadas en el puerto marroquí de El Aaiún. Los subsaharianos cruzaban las cerca de 60 millas que les distancian de las islas en la típica patera de 6 metros de eslora. Pero estas dos islas cuentan con un sistema de radares llamado Sistema Integral de Vigilancia Exterior, SIVE, que permite ejercer cierto control sobre los numerosos intentos de llegar a las costas.
El problema es que en el resto de las islas, situadas más al oeste de Marruecos, no está instalado el SIVE, por lo que, declara Rodrigo Gavilán, "en estos momentos no hay quien controle" la llegada de inmigrantes ilegales a estas islas. Como claro ejemplo de ello, Gavilán da cuenta del último Cayuco llegado a Canarias. Llegó el pasado miércoles, 25 a la Playa del Inglés, en Maspalomas. La policía fue alertada de la llegada de los inmigrantes por los turistas que disfrutaban en esos momentos de la playa. En opinión del portavoz del CEP, resulta irónico que mientras nuestras costas no están protegidas por el SIVE, "la UE se va a gastar 40 millones de euros en instalar en Marruecos" dicho sistema.