L D (EFE) Los síntomas de esta enfermedad son similares a los del virus Ébola, y ya se han detectado 132 casos, incluidos un ciudadano portugués que visitó la zona afectada y una niña de 12 años hospitalizados en Luanda. También este domingo, en Uige, situada a 250 kilómetros al noreste de Luanda, otras tres personas, incluido un niño, fueron ingresadas a un hospital local tras desarrollar los síntomas de la fiebre, señalaron fuentes del departamento de Salud Pública.
Tres expertos chinos en epidemiología se han trasladado a la región para unirse a los equipos internacionales que asisten a las autoridades sanitarias locales en los esfuerzos para tratar de contener la epidemia, dijo a los medios de comunicación el director de Salud Pública de Luanda, Vita Mvemba. En Uige trabajan en estos momentos cooperantes de la Organización Mundial de la Salud, Médicos sin Frontera y del Centro para el Control de Enfermedades de la ciudad estadounidense de Atlanta, que identificó el actual brote de fiebre de Marburg.
Cinco enfermeras del hospital central de Uige han fallecido por este mal que se transmite mediante el contacto directo con fluidos corporales (sangre, orina y materia fecal) de los infectados. Los enfermos sufren de diarreas agudas, en muchos casos acompañadas de hemorragias debido a laceraciones del tracto intestinal, dolores abdominales, pulmonares y de garganta, acompañados de sarpullido en todo el cuerpo y tos muy fuerte.
El virus causante fue identificado en 1967 en la ciudad alemana de Marburg, donde se contagiaron varios empleados de un laboratorio que habían estudiado monos infectados procedentes de Uganda. La enfermedad, para la que no existe cura y cuyo único tratamiento es el alivio sintomático y la provisión de oxígeno a los infectados, es endémica de Africa, donde el mayor brote anterior al de Uige se registró entre 1998 y 2000 en la República Democrática del Congo y se cobró la vida de 123 personas.
Tres expertos chinos en epidemiología se han trasladado a la región para unirse a los equipos internacionales que asisten a las autoridades sanitarias locales en los esfuerzos para tratar de contener la epidemia, dijo a los medios de comunicación el director de Salud Pública de Luanda, Vita Mvemba. En Uige trabajan en estos momentos cooperantes de la Organización Mundial de la Salud, Médicos sin Frontera y del Centro para el Control de Enfermedades de la ciudad estadounidense de Atlanta, que identificó el actual brote de fiebre de Marburg.
Cinco enfermeras del hospital central de Uige han fallecido por este mal que se transmite mediante el contacto directo con fluidos corporales (sangre, orina y materia fecal) de los infectados. Los enfermos sufren de diarreas agudas, en muchos casos acompañadas de hemorragias debido a laceraciones del tracto intestinal, dolores abdominales, pulmonares y de garganta, acompañados de sarpullido en todo el cuerpo y tos muy fuerte.
El virus causante fue identificado en 1967 en la ciudad alemana de Marburg, donde se contagiaron varios empleados de un laboratorio que habían estudiado monos infectados procedentes de Uganda. La enfermedad, para la que no existe cura y cuyo único tratamiento es el alivio sintomático y la provisión de oxígeno a los infectados, es endémica de Africa, donde el mayor brote anterior al de Uige se registró entre 1998 y 2000 en la República Democrática del Congo y se cobró la vida de 123 personas.